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Agricultura Técnica (Chile), Vol. 62, No. 4, October, 2002, pp. 616-623 EFECTO DEL TIEMPO DE INSEMINACIÓN ARTIFICIAL DESPUÉS DE LA DETECCIÓN DE CELO SOBRE LA TASA DE PREÑEZ EN OVINOS CORRIEDALE1 Effect of time of artificial insemination after estrus detection on Corriedale sheep pregnancy rates1 Camila Muñoz M.2*, Víctor H. Parraguez G.3 y Etel Latorre V.4 1 Recepción de originales: 11 de
marzo de 2001. Code Number: at02058 ABSTRACT A total of 240 adult Corriedale ewes from the Magallanes Region of Chile, were synchronized with progestagens and randomly assigned to one of four groups, according to the time elapsed between estrus detection and artificial insemination (AI) with semen obtained from 2 Corriedale rams. The first three groups were inseminated at 3 and 6; 6 and 12; or 12 and 18 h after estrous detection; the fourth group received a single insemination 18 h after estrous detection. Semen was extracted and frozen in a solution of skimmed milk, glycerol and egg yolk, thawed and used, registering the depth of semen placement in the cervix and the quantity and nature of the cervical mucosa. Pregnancy was assessed by ultrasound 30 days after insemination. No significant statistical differences were detected among pregnancy rates, which were 22; 31; 22; and 21% for groups 1; 2; 3 and 4, respectively. Nor were there significant differences with one or two inseminations. Results showed that fertility did not differ when insemination was performed 3 to 18 h after estrous detection, and that double insemination is not necessary, as long as insemination coincides with the middle of the estrous period. Key words: artificial insemination, frozen semen, intracervical insemination. RESUMEN Un total de 240 ovejas Corriedale fueron sincronizadas con progesterona y asignadas al azar a 4 grupos, según el tiempo transcurrido entre la detección de celo y la inseminación artificial (IA) con semen de carneros de la misma raza. Los primeros 3 grupos fueron inseminados luego de 3 y 6, 6 y 12; ó 12 y 18 h de detectado el celo; el cuarto grupo recibió una sola inseminación 18 h después de detectado el celo. El semen fue extraído y congelado en una solución de leche descremada, glicerol y yema de huevo, descongelado y usado, registrándose la profundidad de depositación del semen en el cérvix y la cantidad y naturaleza de la mucosa cervical. Treinta días después se determinó la preñez mediante ecografía. No se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre los porcentajes de preñez, que fueron de 22; 31; 22; y 21%, para los grupos 1, 2, 3 y 4, respectivamente. Tampoco fueron significativas las diferencias en fertilidad con una o dos inseminaciones. Palabras clave: inseminación artificial, semen congelado, inseminación intracervical. INTRODUCCIÓN La inseminación artificial (IA) permite fundamentalmente la rápida y masiva difusión de las características deseables de los reproductores con alto potencial productivo, permite usar carneros viejos o lesionados u ovejas ubicadas en lugares distantes y, además, permite el control de algunas enfermedades de transmisión sexual (Parraguez et al., 2000). La IA con semen congelado tiene la ventaja adicional de poder conservar el semen por largos períodos previo a su uso (McDonald et al., 1998). El uso de semen congelado en ovinos se inició sistemáticamente en 1972, cuando Andersen y Aamdal (1972), utilizando esta técnica, llegaron a obtener por primera vez un 5% de fertilidad. A partir de entonces se han realizado numerosos ensayos usando semen congelado para evaluar componentes y concentraciones del diluyente a usar, los tipos de envasado, el método de congelación y descongelación, la técnica de inseminación más efectiva, etc. En el estado actual de desarrollo de esta técnica se han obtenido resultados muy variables, con fertilidades que oscilan entre 0 a 60% (Eppleston y Maxwell, 1993), siendo en general, muy inferiores a los porcentajes de preñez logrados con semen fresco. La baja fertilidad obtenida al usar esta técnica se atribuye a un defectuoso transporte del semen a través del cervix (Lightfoot y Salamon, 1970; Gusstafson, 1978) y a la viabilidad reducida que presentan los espermatozoides en el tracto genital de las ovejas (Salamon y Maxwell, 1995). Adicionalmente, se mencionan como causas de los bajos rendimientos, la mortalidad embrionaria post-inseminación, reacciones inmunológicas en el canal cervical, características de la mucosa al momento de realizar la inseminación, o al estrés a que son sometidas las ovejas durante el proceso de inseminación (Salamon y Maxwell, 1995). La técnica laparoscópica, en la cual el semen se deposita directamente dentro de los cuernos uterinos, es la que ha dado mejores resultados cuando se utiliza semen congelado (Ritar y Ball, 1993; Azzarini y Valledor, 1998). Sin embargo, esta técnica es cara y difícil de practicar a gran escala. Se requiere, por lo tanto, desarrollar una técnica intracervical (en la cual el semen se deposita dentro del cérvix mediante una técnica no invasiva) más eficiente, ya que es más económica al utilizar equipos de menor valor, y puede ser realizada por personal técnico adecuadamente capacitado, a una velocidad consistente con el manejo de rebaños de tamaño mediano a grande. En Chile, la IA en ovinos ha sido utilizada usando semen fresco y semen congelado, tanto por vía laparoscópica como por vía intracervical (Latorre, 2001). En el presente estudio se aborda la eficiencia de la IA intracervical con semen congelado. El objetivo fue determinar el momento óptimo para realizar la IA con semen congelado, en un tiempo fijo luego de la detección de celo, y comparar la IA única respecto de IA doble, sobre la fertilidad (porcentaje de preñez) resultante. MATERIALES Y MÉTODOS El estudio se llevó a cabo durante la temporada reproductiva del año 1998, en la Estancia Tehuel Aike Sur, ubicada a 35 km al norte de la ciudad de Punta Arenas (52º42 lat. Sur; 70º54 long. Oeste). Se utilizaron 240 hembras Corriedale de seis dientes, alimentadas en forma extensiva sobre la base de praderas naturales compuestas fundamentalmente por coirón (Festuca gracillima), coirón blanco (Festuca pallescens), y trébol blanco (Trifolium repens). A las ovejas se les colocó un dispositivo intravaginal con hormonas análogas a la progesterona (EAZI-BREED CIDR G®, Pharmacia & Upjohn Cia. Ltda.) durante 12 días, con el objeto de sincronizar su ciclo estral. Una vez retirados los dispositivos se realizó la detección de celo con carneros vasectomizados, que fueron pintados ventralmente con una mezcla de tierra de color y aceite, los que identifican y marcan a la oveja en celo. Las ovejas en estro se apartaron diariamente del rebaño a las 08:30 h y a las 20:30 h, siendo distribuidas al azar en 4 grupos, correspondientes a los 4 tratamientos utilizados. Los tratamientos consistieron en diferentes tiempos de IA, luego del aparte de las ovejas en celo, recibiendo el grupo 1, 2 y 3 inseminaciones dobles, a diferencia del tratamiento 4 que consistió en IA única (Cuadro 1). Cuadro 1 Tratamientos utilizados para
la inseminación artificial con semen congelado/descongelado de ovejas
Corriedale en la Región de Magallanes, Chile, 1998.
El semen se extrajo con vagina artificial desde dos carneros reproductores Corriedale, de 10 años de edad, de fertilidad probada. A cada eyaculado se le hizo una evaluación macroscópica de volumen, color, olor, y movimiento de masa, y una evaluación microscópica de movimiento progresivo y concentración espermática. El semen extraído se congeló de inmediato, usando la técnica Sueco-Noruega descrita por Grf tte (1995) y modificada por Latorre (1998), que consistió en la dilución del semen sobre la base de leche descremada, yema de huevo y glicerol. El semen fue envasado en pajuelas de 0,25 mL conteniendo 200 millones de espermatozoides por pajuela. Las pajuelas se descongelaron, previo a su uso, en un baño de agua a 35ºC por 10 s. El procedimiento de inseminación consistió en la limpieza externa de la vulva y la introducción de un espéculo, con una fuente de luz, dentro de la vagina para ubicar la apertura cervical. Una vez identificado, la pipeta de inseminación se pasó a través del espéculo y dentro del cérvix, depositando el semen lo más adentro posible, de acuerdo a las características anatómicas particulares de cada oveja, ya que el éxito de esta operación es variable debido a la complejidad anatómica individual del cérvix de la oveja. . La inseminación la realizó un único inseminador, por vía intracervical, registrando para cada oveja el carnero utilizado y la profundidad con que el inseminador depositó el semen en el tracto de la hembra. Se registró también la característica que presentaba el mucus cervical al momento de la inseminación, usando una escala de 1 a 3, según el grado de enrojecimiento de la mucosa vaginal y las características físicas del mucus, donde 1 correspondió a mucosa muy enrojecida, con un fluido claro y filante; en cambio 3, correspondió a mucosa cervical pálida con fluido espeso y lechoso. Dado que la mayoría de las hembras recibió doble IA, se registraron comúnmente dos valores para la calificación de la característica de celo. Treinta días después de inseminadas las hembras, se efectuó un diagnóstico de gestación usando ultrasonografía, mediante un ecógrafo de tiempo real modo B con un transductor transrectal de 5 MHz (Scanner 100LC VET. PIE MEDICAL, modelo 41514, ATM S.A., Santiago, Chile). Para analizar los resultados se construyeron tablas de contingencia para cada variable en relación con la variable diagnóstico, a las que se les aplicó la prueba de chi-cuadrado. Adicionalmente, los datos fueron sometidos a una regresión logística con el fin de estudiar el efecto de múltiples variables explicatorias sobre una variable respuesta dicotómica (Motulsky, 1995). RESULTADOS Y DISCUSIÓN La calidad seminal de los carneros fue sobresaliente, ya que produjeron en promedio 1,6 ± 0,5 mL de semen, con una concentración espermática de 3,9 ± 1,2 x 109 espermatozoides mL-1. Este valor está sobre el promedio reportado para la especie, que es de 1,5 ´ 109 espermatozoides mL-1 (Jainudeen y Hafez, 1987), lo que puede atribuirse a la baja frecuencia de extracción de semen, y a un adecuado manejo nutritivo (dieta balanceada, rica en energía y proteína) (Smith y Knight, 1998). El semen de los dos carneros utilizados no generó diferencias estadísticamente significativas en la fertilidad de las ovejas inseminadas. La eficiencia de la inseminación expresada como porcentaje de preñez o fertilidad lograda en los distintos tratamientos fue en promedio de 24,1%. Otros autores han logrado fertilidades de 57% (De Lucia Silva, 1997), 52 y 33% (Olafsson, 1980), 14% (Ritar y Ball, 1993), 12% (Rodríguez et al., 1998) y 9 y 5% (Azzarini y Valledor, 1998). El porcentaje de ovejas inseminadas que repitieron el calor fue de 61,4% (140 hembras de 228 inseminadas). Es importante señalar que el ensayo se realizó cerca del fin de la temporada reproductiva, julio de 1998, lo que determina una menor fertilidad potencial, debido a ciclos estrales irregulares, ya sea en extensión, presentación y/o manifestación o, más aún, en aciclia (Jainudeen y Hafez, 1987). A pesar de lo anterior, en la Región de Magallanes el encaste se hace normalmente tarde, para favorecer la supervivencia de las crías, que nacen cuando las temperaturas son más benignas, sacrificando levemente los porcentajes de preñez. Por otra parte, la inseminación se realizó en el primer ciclo estral tras la sincronización de las ovejas con análogos de progesterona. Este celo es generalmente de menor fertilidad, presumiblemente por un efecto adverso del tratamiento sobre el transporte espermático en el tracto reproductivo de la hembra (McDonald et al., 1998). Los tratamientos no presentaron diferencias estadísticas entre ellos (p < 0,10), lo que sugiere que ni la hora del aparte ni el tiempo transcurrido entre éste y la inseminación, dentro de los rangos de este estudio, son relevantes para mejorar la fertilidad (Figura 1). Algunos autores sugieren usar inseminaciones dobles para incrementar la fertilidad, pero el efecto logrado dependerá del momento en que se realice la inseminación una vez iniciado el estro, ya que si una de las inseminaciones se realiza en la mitad del estro, generalmente no vale la pena repetir la inseminación (Salamon y Maxwell, 1995). Esto se corrobora en nuestro ensayo, al comparar los resultados obtenidos en el tratamiento 3 con el 4. En efecto, el porcentaje de fertilidad en el tratamiento 3 (IA doble) fue de 21,7% en tanto que en el tratamiento 4 (IA única), fue de 20,5%, diferencias que no fueron estadísticamente significativas. En relación con los registros realizados para cada IA sobre profundidad a la que se depositó el semen en el tracto genital de las ovejas, éste varió de 0 (cuando no se penetró el cervix) a 4 cm. Sin embargo, no se observaron diferencias estadísticamente significativas (p < 0,10) en las fertilidades con las distintas profundidades de inseminación (Figura 2). Estos resultados se contraponen con los reportados por Eppleston et al. (1994) quienes señalaron que la fertilidad aumenta entre 7 y 12% por cada centímetro de mayor profundidad a la que se deposita el semen. Esto podría deberse al diferente grado de manipulación que implica la tracción mecánica ejercida sobre el tracto reproductivo al realizar IA, lo que alteraría las características físico-químicas del tejido cérvico-uterino por inflamación. Las características del celo no mostraron diferencias estadísticamente significativas (p < 0,10). Sin embargo, en términos cuantitativos se observa que la característica 1 a 2, es decir, cuando la mucosa está enrojecida y el fluido es claro y filante, fue la que resultó en niveles de fertilidad más altos (47,4%). La fertilidad más baja (11,1%) se obtuvo cuando las inseminaciones se realizaron cuando el celo se calificó como 3, es decir, cuando la mucosa vaginal estaba poco enrojecida y el fluido fue poco abundante, lechoso y espeso (Figura 3). Esto concuerda con lo descrito ampliamente en la literatura, en el sentido que cuando el mucus cervical es fluido y claro, característica que generalmente se presenta en la primera mitad del celo, se obtienen los más altos índices de preñez (Duran del Campo, 1993; Blank, 1998). CONCLUSIONES La inseminación artificial intracervical, utilizando semen almacenado mediante congelamiento, bajo las condiciones de este estudio, fue poco exitosa ya que sólo logró 22% de fertilidad. Los resultados de este trabajo indicanron que a este nivel de fertilidad la inseminación artificial doble no es necesaria si a lo menos una de ellas se realiza en el medio del ciclo estral, y que la calificación de la mucosa y el mucus vagino-cervical son buenos indicadores para determinar el mejor momento para inseminar. LITERATURA CITADA
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