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Agricultura Técnica, Vol. 63, No. 2, April-June, 2003, pp. 135-145 EVALUACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y CALIDAD DE CEBADA SEMBRADA SOLA Y ASOCIADA A ESPECIES FORRAJERAS PARA LA PRODUCCIÓN DE ENSILAJE.1 An evaluation of the production and quality of barley sown alone or combined with forage species for the production of silage. Adrián Catrileo S.2*, Claudio Rojas G. 2 y José Matus C.3 1 Recepción de originales: 23 de agosto de 2001. Code Number: at03015 ABSTRACT During the 1999/2000 season, the productivity and quality of barley (Hordeum vulgare L.) sown alone or in association with forage species for silage was evaluated. The study was conducted in an Ultisol in the dryland of the IX Region at the Carillanca Regional Research Center of the National Agricultural Research Institute (INIA), 38º41' S lat, 72º25'W long, 200 m.a.s.l. The treatments evaluated were: barley alone (T1); barley with red clover (Trifolium pratense) (T2); barley with rotational ryegrass (Lolium multiflorum) (T3); and barley in mixture with perennial ryegrass/white clover (Lolium perenne/Trifolium repens) (T4). The experimental design was a randomized complete block design, with three replicates, cutting each treatment at seven phenological stages of the barley crop. The height and DM content of the barley did not have significant differences (P < 0.05) due to effect of the treatments and phenological stages evaluated. Barley in association with the forage species did not increase DM production (P > 0.05) except at the anthesis and early milky stages of T3, which were higher than T1 and T2 by 36 and 30%, respectively. Crude protein, metabolizable energy and in vitro digestibility decreased with the increasing maturity of the association, although an influence of the species that accompanied the barley was not observed. Barley contributed between 80 and 100% of the total botanical composition. The optimal stage to cut barley to obtain silage with 70% digestibility was the early milk (T3) stage, reaching a production of 14.1 t DM ha-1, a metabolizable energy content of 2.43 Mcal ME kg-1 DM and 10.6 % crude protein, after approximately 113 growing days. Key words: barley silage, red clover, beef cattle, Hordeum vulgare L. RESUMEN Palabras claves: ensilaje de cebada, trébol rosado, novillos, Hordeum vulgare L. INTRODUCCIÓN La IX Región de La Araucanía se caracteriza por presentar inviernos muy fríos con exceso de humedad, y veranos secos con temperaturas moderadamente altas. Ello causa una marcada estacionalidad en la tasa de crecimiento de las praderas naturales y sembradas, lo que se traduce en que la disponibilidad de forraje para el ganado en pastoreo sea alta en algunos períodos del año y escasa en otros. Como resultado, se debe recurrir a la conservación de forraje para la alimentación del ganado en los períodos de escasez, cortando el forraje en los períodos de crecimiento activo, lo que ocurre en primavera, para conservarlo principalmente en forma de ensilaje y en menor medida como heno. Dentro de los cultivos forrajeros, algunas alternativas alimenticias para rumiantes que pueden ser conservadas como ensilaje, la constituyen los cereales de grano pequeño como avena (Avena sativa), cebada (Hordeum vulgare L.), trigo (Triticum aestivum), triticale (Triticum secale) y centeno (Secale cereale), los que al ser sembrados en otoño - invierno y cosechados en un solo corte en verano, pueden rendir su máxima producción de MS y energía por hectárea. Estadísticas recientes indican que existen aproximadamente 22.000 hectáreas de cebada sembradas en nuestro país, concentrándose en las regiones IX y X aproximadamente el 52% de la superficie (INE, 1997). Según lo señala la literatura, la cebada puede ser sembrada sola para obtener un ensilaje de calidad para producción de carne o leche. El ensilaje de la planta entera (follaje y grano en estado inmaduro) de cereales de grano pequeño, y en especial de cebada, ha sido estudiado por algunos investigadores nacionales (Hargreaves y Leaver, 1994; Rojas et al.,1997; Rojas y Catrileo, 1998; Elizalde, 1998; Cofré et al., 1998; Rojas y Manríquez, 2001). El material obtenido posee un excelente contenido energético, sin embargo, el contenido de proteína cruda es relativamente bajo, inferior a 9% (Romero et al., 1999). Un mejor aporte proteico podría ser conseguido a través de la asociación de la cebada con especies forrajeras, con lo cual, además, se podría obtener en teoría una mayor producción de MS, mayor contenido de proteína, y una disminución de los costos de establecimiento de la pradera, ya que ésta podría quedar como un subproducto de la cebada, una vez que ésta es cosechada para ensilaje. En atención a lo anterior se realizó el presente estudio, cuyos objetivos fueron: 1) evaluar la producción y parámetros de calidad de la cebada para ensilaje cosechada en distintos estados de desarrollo, establecida sola y en asociación con especies forrajeras, y 2) evaluar la posibilidad del establecimiento de estas forrajeras asociadas a cebada. MATERIALES Y MÉTODOS La presente investigación se realizó en el Centro Regional de Investigación (CRI) Carillanca, dependiente del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), ubicado 10 km al oriente de Cajón en el camino a Vilcún, IX Región (38º44' lat. Sur, 72º25' long. Oeste, 200 m.s.n.m). El estudio se ubicó en un suelo transicional con características de Ultisol, en un terreno con topografía plana a ligeramente ondulada y textura franco-arcillosa. La temperatura media anual de cobertura en el sector es de 11,2ºC en primavera y de 15,5ºC en verano, con una precipitación media anual de 1.300 mm, según los registros del laboratorio de agrometeorología de INIA Carillanca. Las especies utilizadas correspondieron a cebada (Hordeum vulgare L.), ballica perenne (Lolium perenne), ballica italiana (Lolium multiflorum), trébol rosado (Trifolium pratense), y trébol blanco (Trifolium repens). El ensayo fue establecido sobre una pradera degradada de ballica y tréboles; previamente se aplicó glifosato en dosis de 1,44 L i.a. ha-1 (Roundup 3 L ha-1) + MCPA 360 g i.a. ha-1 (MCPA 0,5 L ha-1) + dicamba 144 g i.a. ha-1 (Banvel 480 Sl 0,3 L ha-1). Veinte días después de la aplicación de la mezcla herbicida, se procedió a preparar el suelo mediante labranza convencional, con la aplicación de 1 rastraje offset, 2 rastrajes tandem, vibrocultivador, rodón y siembra. La siembra fue realizada el 17 de agosto de 1999. Los tratamientos que se evaluaron en el ensayo fueron: T1: cebada establecida sola como testigo; T2: cebada establecida asociada a trébol rosado; T3: cebada establecida asociada a ballica italiana; y T4: cebada establecida asociada a ballica perenne y trébol blanco. Los tratamientos se dispusieron en un diseño de bloques completamente al azar, con tres repeticiones. El tamaño de las unidades experimentales fue de 3,0 x 2,0 m. Los resultados de altura de planta, contenido y producción de MS se analizaron a través del análisis de varianza, y las diferencias fueron estudiadas mediante las pruebas de comparación de medias utilizando la prueba de rango múltiple de Dunnett o Tukey ( Cochran y Cox, 1974) , según el parámetro estudiado. Las dosis de semilla utilizadas fueron cebada var. Alteza INIA 180 kg ha-1; ballica perenne var. Nui 20 kg ha-1; ballica italiana var. Tetrone 10 kg ha-1; trébol rosado var. Quiñequeli INIA 8 kg ha-1 y trébol blanco var. Huia 3 kg ha-1. Previo al establecimiento del ensayo se realizó un encalado, con 750 kg ha-1 de cal (Soprocal). La fertilización fue: N 25 kg ha-1 (salitre sódico), P2O5 147 kg ha-1 (superfosfato triple), K2O 50 kg ha-1 (muriato de potasio). La fertilización nitrogenada de complemento consistió en 146 kg ha-1 de N en total, aplicada en 2 parcialidades. El control de especies residentes se realizó con MCPA en dosis de 504 g. i.a ha-1 (0,7 L ha-1 de MCPA) a los 60 días post-establecimiento. En cada tratamiento, según las especies presentes, se realizó el control de malezas según la siguiente forma:
La cosecha de forraje se realizó por corte manual desde el día 23 de noviembre de 1999, transcurridos 99 días desde la siembra del ensayo, y las mediciones se realizaron semanalmente a partir de este día. El corte se efectuó con tijerones, cortando 0,1 m2 de las hileras centrales de cada parcela experimental mediante un marco metálico, dejando un residuo de 4 cm. En ese momento la cebada se encontraba en el estado de bota abriéndose (BA) equivalente a Z47 (Zadoks et al.,1974). Los estados fenológicos evaluados posteriormente fueron antésis en progreso (AP) Z65; grano acuoso - lechoso (GA-L) Z73; grano lechoso - harinoso (GL-H) Z83; grano harinoso - suave (GH-S) Z85; grano harinoso - duro (GH-D) Z87 y finalmente cariopsis dura (difícil de partir) (CD) Z91. Muestras simples de cada tratamiento se utilizaron para medir altura de plantas (cm), contenido de MS (%) y producción de forraje (t MS ha-1), y muestras compuestas para la determinación de la composición botánica (%), energía metabolizable (Mcal kg-1 MS) (Givens, 1986), proteína cruda (%), fibra cruda (%) (AOAC, 1970), digestibilidad in vitro de la MS (DMS %) (Tilley y Terry, 1963) y el valor "D"(%), estimado según la siguiente relación: Valor D = MO inicial - MO residual x 100 donde MO: materia orgánica Los análisis de energía metabolizable fueron realizados en el laboratorio de Bromatología y Nutrición Animal del INIA; CRI Remehue. Todo el material fue cosechado para ensilaje. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Altura de planta Contenido de materia seca Al realizar el corte cuando la cebada se encontraba en el estado de GL-H fue posible observar que el T1, obtuvo el mayor contenido de MS, siendo superior al resto (P<0,05), pero similar al tratamiento T2. Estos tratamientos superaron en 4,5 y 2,7% el contenido de MS de T4 y en 5,27 y 3,47% el contenido de MS de T3 (Cuadro 2). Los valores obtenidos en este estado fenológico de la cebada, aunque fueron levemente superiores a los obtenidos por Romero et al.(1999) para cebada sembrada sola, siguieron una tendencia similar, lo cual también puede ser válido para T2, ya que el aporte de esta leguminosa fue prácticamente cero en este corte. El menor contenido de MS de los tratamientos T3 y T4, pudo deberse al estado de desarrollo temprano que presentaban las ballicas, principalmente al momento del corte, con activa división y crecimiento celular, teniendo un alto contenido de agua en su estructura. Al comparar los contenidos de MS de la cebada cosechada en diferentes estados fenológicos de este estudio con los resultados obtenidos en investigaciones anteriores, se pudo observar, que en general, se obtuvieron contenidos de MS superiores. Esto pudo ser producto de las bajas precipitaciones que se presentaron durante los meses de cosecha del forraje, siendo un 45 y 80% inferiores al promedio del período de 25 años de control de precipitaciones en los meses de noviembre y diciembre, respectivamente (Registro Agrometeorológico INIA Carillanca, 1999). Rendimiento de materia seca Como se observa en el Cuadro 3, existió un claro aumento de la producción de MS con el avance de los estados de desarrollo de los cultivos, destacando el T3 entre los estados BA y GA-L, que duplicó la producción de MS. En el segundo estado de desarrollo, T3 obtuvo la mayor producción de forraje, siendo superior a T1(P < 0,05). Cuando el ensayo se cosechó en el estado GA-L, T3 también obtuvo el mayor rendimiento de MS para ser ensilado, siendo estadísticamente superior a T2 (P < 0,05), a excepción de los tratamientos T4 y T1, que superaron en 30 y 18% el rendimiento de forraje de T2, respectivamente. En términos generales, la producción de MS del T3 fue superior (P < 0,05) a la obtenida por T1 en el segundo y tercer estado de desarrollo. Al relacionar el hábito de crecimiento de la ballica y el rendimiento, fue posible apreciar que la ballica italiana, de crecimiento erecto y agresivo (T3), presentó la mejor tendencia productiva en los estados AP y GL-H como forraje para ensilaje. De acuerdo a estos resultados la asociación de cebada con esta pradera permitiría alcanzar la mayor producción al estado de GA-L de la cebada. Con esto sería posible realizar la cosecha de forraje 7 a 14 días más temprano, antes del estado GH-S, que representa la fase más recomendada para realizar el corte en la cebada, permitiendo con ello anticipar la elaboración del ensilaje, con el fin de disminuir la competencia del cereal sobre las especies forrajeras. Luego existiría un período de recuperación para la ballica de rotación para un próximo corte o pastoreo. Desde el cuarto estado de desarrollo en adelante no se observaron diferencias estadísticamente significativas (P > 0,05), entre los tratamientos estudiados. En el corte realizado en el estado GL-H, el rendimiento de MS promedio fue muy parecido al informado por Cofré et al, (1998) en la VIII Región, donde cebada sola tuvo una producción de 13,2 t MS ha-1. Por otro lado, el rendimiento de cebada sola fue inferior al alcanzado por Soto et al. (1999), quienes obtuvieron 11 t MS ha-1. En la cosecha realizada en el estado GH-S, que ha sido el estado más recomendado para corte de la cebada para ensilaje (McCartney y Vaage, 1994), no se presentaron diferencias estadísticamente significativas (P > 0,05) entre los tratamientos estudiados. Composición botánica Al realizar el corte en el estado de BA, el aporte de la cebada a la producción total en los distintos tratamientos evaluados fluctuó entre 80 y 100%, registrándose la mayor contribución de la especie sembrada en mezcla con la cebada en T3, la cual alcanzó un aporte de 11,4%, seguida de 10% de ballica en T4 (Figura 1), valores considerados bajos en la producción total de MS en este corte. Con respecto a la presencia de especies residentes en los diferentes tratamientos, el aporte de éstas fue insignificante debido al control de malezas realizado post-emergencia. La contribución del trébol rosado en este corte fluctuó entre 0,55 y 1,17% para T4 y T2, respectivamente, los cuales representan un aporte muy bajo para la producción total de MS, y confirmando la alta capacidad de competencia de la cebada. En cuanto al rendimiento de MS en los tratamientos evaluados, en especial en T2, se observó que dentro de las mezclas estudiadas, la especie forrajera más fuertemente afectada fue el trébol rosado, especialmente por la fuerte competencia del cereal. Cuando se realizó la cosecha de forraje en el estado AP de la cebada, se observó que el aporte de ésta a la producción total en los distintos tratamientos evaluados fluctuó entre 89,2 y 100%, y al igual que en el corte en el estado anterior, la mayor contribución de la especie sembrada, en T3, alcanzó un aporte de 11%, seguida de 8,6% de ballica en T4 de la producción total de MS (Figura 1). Se observó además en este corte una leve disminución en el aporte de la ballica establecida en asociación con la cebada, pero por otro lado, se obtuvo un mayor aporte en la producción de MS de trébol rosado sembrado en mezcla con cebada, alcanzando una contribución de 3,3%, pero ello estuvo asociado a una mayor infestación de malezas, cifra que alcanzó 1,37% del rendimiento total de forraje. Digestibilidad in vitro de la MS (DMS, %) Por su parte, Allen (1992), señaló que para obtener un forraje conservado de alta calidad como ensilaje, la digestibilidad del forraje debe ser de 70%. De acuerdo con lo anterior, en el presente estudio se observó que la época de corte más apropiada sería hasta el estado de GA-L, ya que en los estados fenológicos posteriores, la digestibilidad tendió a disminuir en los distintos tratamientos evaluados (Figura 2). Acosta et al .(1991) reportaron una DMS de 74,7% para cebada cosechada en el estado de bota, valor inferior a los obtenidos en este estudio, que en los distintos tratamientos superaron 78% de digestibilidad. Por otro lado, Hargreaves (1993) reportó una digestibilidad de 61% de la MO de cebada sola cosechada en la fase de grano harinoso, valor que presenta una tendencia similar a los resultados obtenidos en este trabajo en el tratamiento que incluía cebada sola, cosechada en el mismo estado fenológico. Fibra cruda (%) Energía metabolizable (EM, Mcal kg-1 MS) En general, no se apreció una disminución sostenida del nivel de EM con el avance del estado fenológico del cultivo, no observándose diferencias importantes por efecto de los tratamientos. Sin embargo, fue notoria una disminución de la EM a partir del estado GA-L. En el T1, cosechado en estado GH-S, se obtuvo un contenido de EM por debajo del rango de valores obtenidos por Rojas et al.(1997). El contenido de EM mostró una clara tendencia a bajar con el avance del estado fenológico de las especies (Cuadro 4), encontrándose que los valores obtenidos en T1 fueron inferiores a los reportados por otros estudios (Rojas y Catrileo, 2000), especialmente en el estado de grano harinoso. La explicación podría atribuirse al déficit hídrico que se presentó en el momento en que se realizaron los cortes, lo que provocó que las plantas se secaran antes de tiempo, no permitiendo la acumulación de energía en forma normal. En el presente estudio la EM mínima para obtener respuestas productivas en el ganado se obtuvo sólo en el estado BA; sin embargo, en los estados fenológicos AP y GA-L, la EM promedio fue 2,45 Mcal kg-1 MS, valor considerado adecuado para que el cultivo pueda ser ensilado para la engorda de novillos. En los cortes de madurez más avanzada la EM cayó a niveles limitantes para ser usados como ensilajes de buena calidad. Contenido de proteína cruda (%) La calidad del forraje para ensilaje, en los tratamientos y estados fenológicos evaluados en esta investigación se presentan en el Cuadro 5, expresada en base a su contenido de proteína cruda. El mayor contenido de proteína cruda lo obtuvo T2, cosechada la cebada en el estado BA, lo cual se atribuye probablemente al estado tierno que presentaba la cebada al momento del corte; estos resultados fueron levemente inferiores a los obtenidos por Acosta et al. (1991), quienes reportaron un contenido de proteína cruda de 16,6% en este estado fenológico. Desde el estado de GA-L en adelante, se observó que los tenores proteicos de los distintos tratamientos, presentaron valores relativamente similares, todos inferiores a 10%. Con respecto a las condiciones climáticas, al parecer las bajas precipitaciones primaverales que se presentaron durante el desarrollo del ensayo, contribuyeron a aumentar el contenido de MS en los distintos estados fenológicos, aún cuando esto no afectó el tenor proteico de los diferentes tratamientos (Cuadro 5). La proteína obtenida en los diferentes tratamientos y cortes evaluados, se encontraba dentro del rango reportado en la literatura, sugiriendo que el corte para ensilaje mas recomendado se realiza hasta el estado de GA-L, lo cual es consistente con los valores de energía metabolizable obtenidos al mismo estado. CONCLUSIONES La altura de la planta y el contenido de materia seca de la cebada no presentaron diferencias significativas por efecto de los tratamientos. Las asociaciones de cebada con especies forrajeras no aumentaron el rendimiento de MS, excepto en el tratamiento de cebada asociada a ballica cosechado en los estados de antésis en progreso y grano acuoso-lechoso, que superó a los tratamientos de cebada sola y cebada asociada a trébol rosado. La asociación de cebada con especies forrajeras no mejoró los niveles de proteína, energía metabolizable y digestibilidad de la materia seca del sustrato para ensilaje, debido al bajo aporte de las especies forrajeras en la composición botánica. En la asociación, la especie forrajera más afectada por la competencia con cebada fue el trébol rosado, cuyo aporte no superó el 3,3%. Con el avance de la madurez de la cebada sembrada sola y sus asociaciones, aumentó el contenido de materia seca, el rendimiento, y la fibra cruda, disminuyendo el contenido energético, la digestibilidad y la proteína cruda. El estado fenológico límite de corte de la cebada para obtener ensilajes de alta calidad con 70% de digestibilidad, se logra en la fase de grano acuoso - lechoso (Z73), con aproximadamente 113 días de crecimiento, o antes. En el estado óptimo de corte con 70% de digestibilidad, se alcanzó con grano acuoso-lechoso, con un nivel de energía metabolizable de 2,43 Mcal kg-1 MS-1, 10,6% de proteína cruda, y una producción de materia seca de 14,1 t ha-1, para el tratamiento de cebada asociada a ballica. De acuerdo a las condiciones en que se realizó este estudio, la cebada no permitió un buen establecimiento de las forrajeras asociadas. LITERATURA CITADA
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