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Revista Colombia Médica
Universidad del Valle - Facultad de Salud
ISSN: 0120-8322 EISSN: 1657-9534
Vol. 32, Num. 4, 2001, pp. 197-204
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Revista Colombia Médica, Vol. 32, Num. 4, 2001, pp. 197-204
¿Por qué los niños
deben aprender música?
María Victoria Casas, Lic.Mus.,
Ing. Civil
Profesora Asistente, Escuela de
Música, Facultad de Artes Integradas, Universidad del Valle,
Cali
Code Number: rc01038
RESUMEN
Revisiones de diversos estudios en los campos
de la educación, la psicología y la música, han
demostrado que el aprendizaje en la infancia de una disciplina
artística como la música, mejora el aprendizaje de
lectura, lengua (incluidas lenguas extranjeras), matemáticas y
rendimiento académico en general, potenciando además
otras áreas del desarrollo del ser humano. Este
artículo presenta algunos elementos que permiten evidenciar
desde la teoría y la práctica, el por qué y para
qué deben aprender música los niños, basado en
los distintos enfoques de la pedagogía musical y la
experiencia del autor en este campo.
Palabras clave: Aprendizaje musical.
Pedagogía musical. Desarrollo. Psicomotricidad.
SUMMARY
Revisions of diverse studies in psychology,
music and education have shown that the education during childhood of
an artistic discipline like music improve the apprenticeship of
reading, languages (even foreign ones), mathematics and academic
marks in general, increasing besides other areas of human knowledge.
This article presents some of the elements that allow proving from
the theory and the practice, why and what for should children learn
music, based in the different approaches of musical pedagogy and
experience of the author in this field.
Key word: Learning music.
El aprendizaje musical a edad temprana ha sido
objeto de estudio desde las diferentes disciplinas que lo
comprometen, como la pedagogía, la psicología y la
música en sí misma. El ser humano en sus distintas
etapas de formación y crecimiento puede potenciar muchas
habilidades que fortalecen a otras áreas de
desarrollo.
Los distintos aprendizajes y la forma de
acceder al conocimiento, así como los planos cognitivo,
afectivo y psicomotor pueden verse favorecidos al iniciarse de manera
temprana en el aprendizaje de la música.
Este artículo se aborda desde la propia
experiencia del autor en el campo de la educación musical, y
recoge enfoques significativos en el proceso de aprendizaje. Incluye
aspectos derivados de la teoría de las inteligencias
múltiples, la inteligencia musical, los planos del proceso de
aprendizaje, lo que hace generalmente un músico, la incidencia
del aprendizaje de la música en la dimensión
psicomotriz del niño, los beneficios del aprendizaje musical a
edad temprana en términos de autoestima, cómo se forma
el músico y una serie de reflexiones acerca del mito del
talento, finalizando con algunas conclusiones desde la teoría
y la práctica del proceso de enseñanza-aprendizaje de
la música.
EL PROBLEMA
La oportunidad de la práctica
artística a una edad temprana aporta valiosos elementos que
deben estar presentes en la educación: amplían la
imaginación y promueven formas de pensamiento flexibles, ya
que forman la capacidad para desarrollar esfuerzos continuos y
disciplinados a la vez que reafirman la autoconfianza en el
niño.
El arte en cualquiera de sus expresiones,
permite una comunicación universal en la que todos de alguna
manera, entiende, aprecia y expresa emociones y sentimientos. Es a
través de los lenguajes artísticos como se establece
sin palabras (pero con la participación del sentido
estético y de otras áreas del conocimiento),
acercamiento a otras facetas del género humano.
En una revisión exhaustiva de cientos de
estudios empíricos realizados entre 1972 y 1992, tres
educadores relacionados con el proyecto Futuro de la música
descubrieron que la educación musical mejora el aprendizaje
de lectura, lengua (incluidas lenguas extranjeras),
matemáticas y rendimiento académico en
general1. En el mismo proyecto,
los investigadores anotaron que la música aumenta la
creatividad, mejora la estima propia del alumno, desarrolla
habilidades sociales y mejora el desarrollo de habilidades motoras
perceptivas, así como el desarrollo
psicomotriz2.
De igual forma estudios como la teoría
de las inteligencias múltiples, planteada por el
neuropsicólogo Howard Gardner, afirman que la inteligencia
musical influye en el desarrollo emocional, espiritual y corporal del
ser humano. Gardner afirma que la música estructura la forma
de pensar y trabajar, ayudando a la persona en el aprendizaje de
matemáticas, lenguaje y habilidades
espaciales3.
Se podría citar una gran lista de
investigadores tanto del campo de la educación, como de la
psicología, y de la música que corroboran las
anteriores afirmaciones. Pero surge el interrogante ¿Cómo
se logra a través del aprendizaje musical, todo lo mencionado
anteriormente? ¿Por qué debe comenzarse temprano este
aprendizaje? ¿Qué le aporta realmente a la vida de un ser
humano, recibir formación musical?
Bien puede decirse que cualquier disciplina que
se emprenda con seriedad, contribuye a la formación como seres
humanos. Pero ¿qué hay en el aprendizaje musical, que
parece reunir características de una formación
integral? Y la pregunta clave: ¿Por qué los niños
deben aprender música? No es sólo la competencia en la
disciplina, es ante todo como lo afirma
Suzuki4, la búsqueda de un
mejor ser humano que explora todas sus capacidades. Así que se
puede partir de algunos principios sobre los cuales se sustentan las
hipótesis anteriores:
1. La teoría de las inteligencias
múltiples. Gardner3 presenta
una definición de inteligencia como la capacidad que tiene un
individuo de resolver problemas, o de crear productos que sean
valiosos en uno o más ambientes culturales. De manera que las
inteligencias específicas o dominios cognoscitivos-adaptativos
particulares tales como las habilidades visoespaciales, dependen de
múltiples factores que pueden concentrarse en tres
grupos:
a. Factores
genéticos.
b. Factores ambientales.
c. Factores relacionados con la integridad
cerebral.
Los primeros psicólogos de la
inteligencia como Spearman5 y
Terman6, consideraron la
inteligencia como una capacidad general única para formar
conceptos y resolver problemas. Otros psicólogos,
Thurstone7 y
Guildford8 sostuvieron la
existencia de varios factores o componentes de la inteligencia,
cuestionándose cómo se relacionaban. Luego
Catell9 y
Vernon10 consideraron la
relación entre factores como jerárquica, afirmando que
la inteligencia general, verbal o numérica dominaba sobre
componentes más específicos.
En 1989 aparece Howe11 oponiéndose al concepto de inteligencia como una
habilidad general, teniendo en cuenta diversas habilidades basado en
dos razones:
1. Diversas tareas requieren
más de una habilidad mental.
2. Existen atributos personales que pueden
afectar el buen desempeño de alguien en una variedad de tareas
y habilidades (como capacidad de atención, deseo de
éxito, competitividad, autoconfianza, etc.).
Gardner3
plantea que para cubrir el ámbito de la cognición
humana no es suficiente quedarse en la tradición
psicométrica y que por el contrario se debe incluir un
repertorio de aptitudes más universal, proponiendo que las
inteligencias se expresan en el contexto de tareas, disciplinas y
ámbitos específicos. Presenta la existencia de las
siguientes inteligencias: la inteligencia lingüística, la
inteligencia lógico-matemática, la inteligencia
musical, la inteligencia espacial, la inteligencia
cinestésico-corporal y dos formas de inteligencia personal,
una que se dirige hacia los demás y otra que apunta hacia la
propia persona.
La inteligencia
musical12. Si nos planteamos la
pregunta ¿qué es el conocimiento musical? debemos
considerar dos aspectos frente a la música: uno, que la
música es una facultad de la especie humana como la
visión y el lenguaje; y otro que se asocia con la parte
cultural del individuo (actividades colectivas, ceremonias, vida
social, etc.).
A diferencia del lenguaje y la visión
que se desarrolla más o menos de manera similar en todos los
individuos, la habilidad musical es diferente en cada uno de ellos.
Aunque la habilidad musical supuestamente se halla localizada en el
hemisferio no dominante, en la medida que se intensifica el trabajo
musical, entra en juego la participación del razonamiento
lingüístico y lógico-matemático implicando
la participación del hemisferio dominante en el proceso de
creación, ejecución o audición de una obra
musical.
El músico, o el estudiante de
música puede realizar una, dos o las tres actividades
siguientes: componer (crear), interpretar (re-crear) o escuchar. Para
la realización de estas actividades es importante contar con
tres componentes de la inteligencia musical que son:
· Plano o componente afectivo
(referente a lo asociativo o relacional).
· Plano o componente sensorial (referente
a las sensaciones derivadas a partir del fenómeno
auditivo).
· Plano o componente formal (referente a
los elementos formales de la música tanto en la
audición como en la interpretación y en la
composición).
Surge una nueva pregunta ¿cuáles
son en términos educativos los planos en que se realiza el
proceso de aprendizaje, integrando todas las dimensiones del ser
humano? Según Delors13 la
educación se debe estructurar en torno a 4 aprendizajes
fundamentales:
· Aprender a conocer: adquirir
los instrumentos de la comprensión.
· Aprender a hacer: para influir en su
entorno.
· Aprender a vivir juntos: para participar
en la actividad humana.
· Aprender a ser: proceso fundamental que
recoge los tres anteriores.
El proceso educativo contempla por lo menos
tres planos: el cognitivo, el afectivo y el psicomotor, que pueden
asimilarse a los planos de la actividad musical.
El plano cognitivo considera cinco niveles
referentes a procesos mentales identificables: recuerdo,
comprensión, análisis, síntesis y
aplicación (cuando se interpreta (toca) una obra musical se
incluyen todos los niveles de cognición). El recuerdo y la
comprensión son niveles básicos para que se den
cualquiera de los niveles subsiguientes.
¿Cómo aprende el niño el
lenguaje musical y cómo se inicia en el instrumento musical? El desarrollo musical de los niños entre los 3 y los 15
años atraviesa cuatro niveles: manipulación sensorial,
imitación, interpretación imaginativa y
reflexión. Por tanto, la iniciación musical atraviesa
los diferentes estadíos14,
permitiendo el desarrollo no sólo del plano cognitivo, sino
también de los planos afectivo y psicomotor.
Básicamente el niño
pequeño alcanza el aprendizaje a partir de la
imitación. La imitación ayuda a desarrollar en el
alumno:
· La observación
consciente. ·La capacidad de
atención ·La capacidad de
concentración ·La
asimilación-comprensión ·La retención (memoria
próxima y remota) ·La capacidad de
evocación
La educación músico-instrumental
desarrolla el sentido del ritmo, lo que incide en la formación
física y motora del niño, proporcionándole un
mejor sentido del equilibrio, lateralidad y motricidad. El
desarrollar el oído no sólo sirve para el estudio de la
música, sino para el resto de su formación intelectual.
Suzuki4 sostiene que un niño
que oye mucho y bien, que sabe escuchar y discriminar entre
distintos sonidos y tonos, capta mejor los mensajes en la escuela,
aprende con más facilidad y llegará a dominar su idioma
antes que los niños no educados musicalmente. También
asegura que muchos de los niños que se denominan torpes o
lentos sólo tienen dificultades de audición, y al
superar este problema, mejoran rápidamente.
El estudio de la música y la disciplina
y continuidad que presupone, así como el esfuerzo en la
consecución de una meta, el adiestramiento motriz, desarrollo
del sentido del ritmo además de la educación auditiva,
no son aspectos de utilidad estrictamente musical, sino que producen
un aspecto de transferencia a los demás aspectos
intelectuales, sensoriales y motrices.
Las dimensiones específicas del
desarrollo infantil que cumple la estimulación de la
música, el sonido y el ritmo son:
· La motricidad · El lenguaje · La socialización · La
conciencia del espacio y el
tiempo ·La autoestima
¿GENERALMENTE QUÉ HACE UN
MÚSICO?
Se detallan algunas de las actividades que
realiza normalmente un músico:
La ejecución instrumental. Para lograr
una buena interpretación de una obra musical, se puede llegar
por varios caminos: uno es el que plantea
Suzuki4 con su método de
desarrollo del talento. Considerando el talento, no como una
habilidad innata sino como el producto de una buena exposición
del niño a estímulos sonoros apropiados y a la
práctica repetitiva de los sonidos a través del
contacto instrumental. De esta forma se pueden lograr grandes avances
técnicos a temprana edad, sin entrar en detalle a estudiar
otro tipo de elementos formales.
El trabajo individual. Al iniciar el trabajo
instrumental, el niño parte de un acercamiento al instrumento
que es auditivo y sensorial para poco a poco ir estableciendo un
acercamiento más intelectual a través de la lectura. En
este caso inicial, hay un elemento común para todos los
niños, la memoria que no es una memoria repetitiva, sino
comprensiva, de manera que la memoria no es la meta, pero sí
un punto de partida para nuevos aprendizajes. Esta experiencia de
aprendizaje se conjunga perfectamente con el enfoque constructivista,
logrando así no sólo un aprendizaje significativo en la
música, sino que hace extensivo ese proceso de aprendizaje
para otras áreas del conocimiento.
La gran diferencia del aprendizaje de la
música con otras disciplinas del conocimiento, está
además, en la forma como se acerca a ese conocimiento. La
música es parte de nuestra vida cotidiana y se encuentra
presente en todas las actividades de la cultura del hombre: en el
juego, en las rondas, en las expresiones religiosas, en las
expresiones emocionales, etc., entonces, acercarse al maravilloso
mundo de la música es acercarse de manera más profunda
al género humano.
Toda ejecución instrumental tiene varios
pasos15:
· Percepción de los
estímulos visuales (lectura de la partitura).
· Respuesta mediadora que permita al
individuo transformar los estímulos visuales percibidos en su
sonido equivalente. Un principiante al leer la partitura debe pensar
cuál es la nota, dónde colocar el dedo, cuál es
la intensidad, cómo pasar el arco o con qué
articulación, etc. Estas operaciones mentales se hacen de
forma separada en el novato, pero la experiencia y la práctica
pueden automatizar muchas de ellas y ser captadas como una sola
entidad.
· Cada individuo percibe los
estímulos auditivos que resultan de su
ejecución.
· El intérprete procederá a
evaluar la precisión de su respuesta al estímulo
visual: si se confirma, continúa; si se contradice,
hará los ajustes necesarios.
La práctica de conjunto
(ejecución instrumental o vocal). Otro de los elementos que se
trabaja en el aprendizaje musical, es la práctica de conjunto,
ya sea el coro o algún otro tipo de agrupación
instrumental. En el encuentro colectivo, cada uno de los niños
puede mostrar sus capacidades expresivas, creativas y
artísticas, a la vez que confronta diferentes aspectos
como:
· Su disciplina y actitud para
aprender.
· La adopción de una
posición adecuada, a través de la relajación, el
equilibrio, la flexibilidad del cuerpo
· Agilidad mental y capacidad de
reacción
· Atención y
concentración
· Articulaciones
· Producción sonora
· Sentido del ritmo
· Hábito de estudio y sentido
crítico
El encuentro colectivo es un elemento
fundamental para trabajar de una forma integradora los distintos
elementos que el alumno forja de forma individual. También es
el marco ideal para practicar temas como la improvisación, el
movimiento, la música de cámara, la orquesta,
etc.
En el método
Suzuki4 no se espera obtener
resultados perfectos técnica y musicalmente para que el alumno
pueda tocar en público; para Suzuki es el esfuerzo y la
actitud lo importante a la hora de tocar frente a otros; a los
alumnos se les debe dar numerosas oportunidades de tocar en grupo y
en público desde el primer momento para motivarles y educarles
en esta faceta de mostrar el compartir su esfuerzo. Tocar para otros
aumenta en el alumno su confianza en sí mismo.
La creación (o composición). Para
Stravinski3 componer es hacer, no
pensar. Pero para hacer tal como lo plantea el compositor, se debe
haber recorrido antes un camino que corresponde al razonamiento
musical lógico. Ese razonamiento musical lógico
genera:
· Ideas musicales que toman
forma significativa.
· Desarrollos por técnicas
conocidas, estructuras o esquemas.
No es suficiente lo que los románticos
llamaron inspiración; es importante por lo tanto el
análisis musical frente a la idea generada. Lo que viene del
tema, lo que surge de él y qué se puede encontrar. Es
importante la memoria tonal y haber absorbido diferentes experiencias
tonales para funcionar en forma creativa.
Las habilidades lingüísticas
están lateralizadas casi en forma exclusiva en el hemisferio
dominante (izquierdo), mientras que la mayoría de las
capacidades musicales, incluyendo la capacidad central de la
sensibilidad al tono están localizadas en todos los individuos
en el hemisferio no dominante (el derecho). Por eso cuando se produce
una lesión en los lóbulos frontal y temporal derecho,
se afecta el distinguir los tonos y reproducirlos
correctamente.
La habilidad para percibir y criticar las
interpretaciones musicales parecen apoyarse en las estructuras del
hemisferio derecho. En individuos con preparación musical,
existen efectos crecientes al hemisferio izquierdo y decrecientes al
derecho.
La audición musical. Cuando se habla de
audición en términos musicales, se refiere a la escucha
consciente. Aprender a escuchar, es interiorizar los múltiples
elementos que se encuentran presentes en una obra musical: el ritmo,
la melodía, la armonía, el material sonoro y la forma.
La discriminación de dichos elementos, no solo desarrolla en
el oyente el oído rítmico, melódico y
armónico como tal, ante todo permiten disfrutar de la
música en todas sus dimensiones.
La enseñanza auditiva se debe considerar
bajo un triple aspecto: fisiológico, afectivo y mental. Todo
ello conduce a enfocar el problema de la audición bajo ese
mismo triple aspecto. Entonces habrá:
· La receptividad sensorial
auditiva (memoria, memoria fisiológica).
· La sensibilidad afectivo auditiva
(necesidad, deseo, emoción, memoria anímica,
imaginación).
· La percepción mental auditiva
(comparación, juicio, memoria intelectual, conciencia sonora e
imaginación constructiva).
Aunque en la práctica musical estos
elementos están unidos, pues la experiencia musical es una
experiencia global, para la pedagogía es útil
disociarlos, porque un alumno puede tener una deficiencia sensorial,
afectiva o mental que hay que solucionar mediante ejercicios
adecuados.
La receptividad sensorial
auditiva16. La percepción
sensorial, es en el proceso evolutivo, la última de las
funciones auriculares (aparece con el caracol). Antes de ella la
tactilidad es el punto de partida:
· La percepción
sistémica, que es una variación de presión de un
medio sólido que presente un carácter periódico,
p.e., un terremoto.
· La percepción barestésica,
que es una presión o variación de presión no
periódica, de un medio fluido.
· La percepción seisestésica
que es una variación de presión rápida y
más o menos periódica de un medio fluido. En el ser
humano se confunde con la audición.
Gracias a las fibras de corti, ciertas
vibraciones se presentan con un aspecto de continuidad y de unidad
llamado sonido. La sensorialidad proveerá de los elementos
necesarios a la sensibilidad afectiva y a la inteligencia para la
expresión musical. Cuanto más sutil y perfecto es el
órgano, mayor es el repertorio de materiales que puede
ofrecer.
El desarrollo sensorial auditivo: Se trata de
desarrollar el sentido de la intensidad, de la altura y del timbre
(la duración pertenece al campo del ritmo) (ejercitando
grandes distancias, luego tonos y semitonos, hasta intervalos cada
vez más pequeños).
La sensibilidad afectivo-auditiva. Si la
sensorialidad auditiva es el punto de partida, la sensibilidad
afectivo-auditiva es quizá su centro. La sensibilidad
afectivo-auditiva comienza en el momento en que pasamos del acto
pasivo de oir al de escuchar. Por la sensibilidad auditivo-afectiva
se entra en el campo melódico.
El niño es un ser emotivo y el sonido
tiene una poderosa acción sobre la afectividad, de manera que
el pedagogo debe utilizar la sensibilidad del niño para una
mejor comprensión de la música como medio de
expresión y comunicación (melodías, fraseos,
etc.)
La inteligencia auditiva. La inteligencia
auditiva se puede considerar como una síntesis abstracta de
las experiencias sensoriales y afectivas pues trabaja sobre sus
elementos.
Algunos elementos importantes para su
desarrollo son:
· La memoria (memoria
sensorial e imaginación reproductora).
· La audición interior base de la
auténtica musicalidad, produce a la vez los aspectos
sensorial, afectivo y mental de la memoria.
· La imaginación creadora, utiliza
parte consciente e incoscientemente de los datos de la
imaginación retentiva para la creación
musical.
· El sentido tonal es un fenómeno
de audición relativa, basado en la afinidad tonal de los
sonidos (simplicidad o reciprocidad de las relaciones de los sonidos
tomados consecutiva o simultáneamente).
· La audición relativa, basada en
las adquisiciones sensoriales, pertenece al dominio de la
sensibilidad afectiva. Consiste en la percepción de relaciones
entre dos o varios sonidos (generan reacciones emotivas).
· La audición absoluta como
fenómeno puramente sonoro es de orden
fisiológico.
· El nombre de la nota (sonido) concentra
en un concepto diferentes elementos como altura, duración,
intensidad y timbre, va de lo concreto a lo abstracto.
· El acorde, simultaneidad de varios
sonidos, es un fenómeno que nace gracias a la inteligencia
auditiva. El oído según la fisiología percibe
los sonidos aisladamente. La conciencia de la simultaneidad se hace
en el cerebro.
El escuchar no se queda en el simple placer por
lo estético, o lo bello de la música; escuchar es
entrar en el mundo del compositor, es re-crear y tener la capacidad
de viajar en el tiempo, para leer en términos musicales, la
historia de la humanidad, la historia del hombre. Al conocer los
diferentes elementos musicales y escuchar una obra, se puede
comprender aspectos del género humano, sentimientos que no
pueden comprenderse en otro discurso, o en otro contexto diferente al
discurso musical.
Veamos algunos comentarios acerca de la
relación de las inteligencias personales con la música:
La música puede servir como una forma de captar sentimientos,
el conocimiento acerca de los sentimientos, o el conocimiento acerca
de las formas del sentimiento, comunicándolos del
intérprete o el creador al oyente atento. La competencia
musical no sólo depende de los mecanismos analíticos
corticales solos sino también de las estructuras subcorticales
que se consideran centrales para los sentimientos y la
motivación3.
El aprender está asociado con la
sensación de competencia, agrado, felicidad. En este sentido
el aprendizaje y práctica de la música evidencia logros
y genera sentimientos de agrado, satisfacción y felicidad que
se traducen en mejores estados anímicos y mayor autoestima del
niño.
INCIDENCIAS DE LA MÚSICA EN LA
DIMENSIÓN PSICOMOTRIZ DEL NIÑO
Psicomotricidad.Stamback17 define psicomotricidad e
imagen corporal como una de las ramas de la psicología
referida a una de las formas de adaptación del individuo al
mundo exterior: La psicomotricidad se ocuparía del papel de
movimiento en la organización psicológica general
estableciendo las conexiones de la psicología con la
neurofisiología.
La motricidad hace énfasis en el dominio
que adquiere el individuo de manera consciente de los desplazamientos
de su cuerpo, de la coordinación motriz, del ajuste postural,
del equilibrio, es decir de sus habilidades motoras. Los movimientos
además de constituir una necesidad social para convivir,
permiten y facilitan (a través de la educación) la
adquisición de aprendizajes superiores.
La actividad motriz es importante para el
conocimiento al comienzo, luego cuando el conocimiento ya está
establecido, éste será utilizado para nuevos logros, a
medida que la actividad motriz se aumenta y perfecciona las
habilidades mentales se van desarrollando. Los 7 primeros años
de vida marcan un período muy importante en el desarrollo del
niño. El niño adquiere las habilidades motoras
básicas que estarán establecidas para toda su vida
diaria y pueden verse alimentadas por la práctica y
aprendizaje musical: postura, equilibrio, coordinación motriz
gruesa y fina, coordinación ocular, coordinación vocal,
coordinación ojo-mano, coordinación visomotora,
coordinación oculopédica.
A través de la vivencia del pulso,
acento y ritmo, se vivencia el elemento rítmico musical,
caminando, palmeando un tambor u otro instrumento.
El Ritmo y su importancia. Todas las
actividades escolares van asignadas con un elemento imprescindible
cuya carencia es considerada anomalía: el ritmo. Es una fuerza
creadora que preside todas las actividades humanas y se manifiesta en
todos los fenómenos de la naturaleza.
Aristóteles refiere el ritmo conforme a
nuestra naturaleza; pues la organización de nuestras
actividades responde a un ritmo interior y personal.
Willems16 estudia y analiza varias
definiciones del ritmo, formulando que la coincidencia de todo reside
en la fuente común: «Un pulso vital». Cuando el
niño tiene conciencia intuitiva del ritmo se le permite
valerse y apoyarse en él logrando una organización muy
beneficiosa. Sólo por intermedio del ritmo logra equilibrar
los procesos de asimilación y acomodación que le
permiten su adaptación para poder apreciar y gozar con
plenitud los valores ideales humanos. Un excelente medio para
conseguirlos es a través del movimiento, es decir, por
intermedio de la expresión, con el empleo de la música,
que corresponde muy directamente a las necesidades e intereses
infantiles. La música cimienta bases a través de las
experiencias kinestésicas, sensoperceptivas y emotivas
promovidas por estímulos rítmicos, melódicos,
armónicos y formales18.
El ritmo y la música ayudan muy
directamente al desarrollo de logros psicomotrices: La
atención del niño se dirige al tema inducido por el
ritmo o la canción y, por tanto, la realización de
movimientos o percusiones corporales se facilitan en gran medida. La
coordinación se activa y se desarrolla no sólo, por
medio de la repetición, sino haciendo variar el tipo de
ejercitación que se realizan. Está relacionada con el
aprendizaje, la capacidad de transferir experiencias motrices
anteriores a situaciones nuevas19.
Aunque la coordinación fina no solamente
se limita a un ojo-mano, si no también a ojo-pies
(oculopédica), acciones que requieren puntería,
lanzamiento, está relacionado con las cualidades psicomotrices
de:
· El equilibrio.
· La capacidad de
concentración.
· Capacidad de
relajación.
· Velocidad.
Existen muchas actividades en música que
se realizan con movimientos y actividades que desarrollan la
motricidad fina. El manejo de instrumentos musicales tanto percusivos
(baquetas), como de las otras familias instrumentales (familias de
flautas, instrumentos de arco, instrumentos pulsados, piano, etc.),
permiten un alto desarrollo de la motricidad fina y de todas las
actividades de coordinación20.
BENEFICIOS EN TÉRMINOS DE
AUTOESTIMA
El trabajo o práctica musical contribuye
a la autoestima física, al niño al valorar sus
destrezas21. En cuanto a la
autoestima afectiva, le permite actuar más seguro de sí
mismo, ser más alegre, independiente, aceptar desafíos
y al reconocer su valor personal, puede ser más tolerante
frente a sus limitaciones y frustraciones.
Referente a la autoestima social, el trabajo
musical fortalece el sentido del trabajo cooperativo, el respeto de
sé mismo y de los demás, la tolerancia con los errores
de otros, la solidaridad y estar más abierto a la
crítica. En cuanto a la autoestima académica sobra
recordar que al realizar una actividad como la música, el
niño se siente privilegiado con sus capacidades, aprovecha
más sus potencialidades, es más perseverante, se
esfuerza y tiene expectativas positivas para su futuro.
Cerrando las referencias a la autoestima, con
relación a la autoestima ética, el trabajo musical
puede ayudar a que el niño se defina como responsable, se
sienta capaz de cumplir sus compromisos, asuma responsabilidades,
respete sus valores y se perciba con más virtudes que
defectos. Pero, hay que aclarar: al niño hay que estimularlo,
no obligarlo.
SOBRE EL «MITO DEL TALENTO»
Todos los niños en condiciones normales,
tienen la opción de iniciarse en el mundo de la música.
No es necesario ser un Mozart para disfrutar de todos los beneficios
de la música, por esto se presentan algunas reflexiones acerca
del mito del talento.
A continuación se exponen algunos hechos
que ponen en tela de juicio la teoría del «talento
innato»15:
· En varias culturas
estudiadas por antropólogos, éstos han concluido que la
mayoría de sus miembros llegaron a tener un nivel musical que
está muy por encima de lo normal para nuestra sociedad. Esto
hace pensar que son los factores culturales y no los
biológicos, los que limitan el avance de la música en
nuestra sociedad.
· El éxito musical no siempre viene
de familia. También los niños de familias sin
antecedentes musicales son capaces de conseguir resultados de alto
nivel si se les ofrecen las oportunidades y el apoyo necesarios.
· La mayoría de los mejores
profesionales no fueron niños prodigio. De hecho, estudios
realizados demuestran que muy pocos músicos de gran
categoría mostraron señales de talento especial durante
la infancia o incluso cuando llevaban varios años estudiando
un instrumento musical.
· No existen claros ejemplos de
virtuosismo en la interpretación o en la composición
que no fueran precedidos de muchos años de intensa
preparación y práctica. En el caso de niños
prodigio, parece que el nivel de práctica temprana superaba
con creces el de los músicos normales.
· Muchas de las capacidades perceptivas
necesarias para la asimilación de la música son de muy
distinta índole, se desarrollan espontáneamente a lo
largo de los 10 primeros años de la vida y no parece que su
desarrollo requiera el estímulo de una formación
musical formal. Muchas veces se supone que la capacidad de
oído absoluto es sintomática de un talento innato
especial. Sin embargo, existen pruebas según las cuales esta
habilidad no sólo la puede adquirir cualquiera sino que
también está presente de forma no desarrollada en 2 de
cada 3 personas que no han recibido nunca educación musical.
Además, sólo una minoría de los músicos
de primera categoría tienen oído absoluto en su forma
más desarrollada y por estas razones el don del oído
absoluto no parece ser buen indicador de las posibilidades de
éxito en la música.
Todos los hechos antes mencionados apoyan la
teoría según la cual la habilidad musical se desarrolla
a partir de un conjunto de características básicas
heredadas que son comunes a la gran mayoría de la
población. Pero requiere de un adecuado estímulo,
orientación y trabajo permanente.
QUÉ ES LO QUE FORMA A UN
MÚSICO
Según Sloboda22, la sumatoria e interacción de distintos factores
permiten que se forme un músico. Entre estos podemos
incluir:
Experiencias musicales en la infancia. Existen
pruebas que indican que la experiencia temprana puede tener un efecto
significativo en el desarrollo de la habilidad musical. Dicha
experiencia puede comenzar incluso antes del momento del nacimiento
(tal como se evidencia en la historia de los grandes compositores
como Mozart o Brahms). En varios estudios sobre los primeros
años de la vida de jóvenes músicos altamente
capacitados para la música, se comprobó que muchos de
los padres les cantaban todos los días (especialmente cuando
estaban dormidos), desde el día de su nacimiento. Muchos de
los padres utilizaban también juegos musicales, animando a los
niños a bailar y a cantar con la música. Este tipo de
estímulo afecta a las capacidades perceptivas y receptivas del
niño y, por tanto, puede que sus efectos no siempre se
observen en los primeros comportamientos de éste, pero
sí puede incidir de manera importante en la facilidad con la
que un alumno joven progresará luego.
Niveles altos de prácticas. Estudios
recientes han mostrado cómo los mejores violinistas de un
conservatorio de música habían acumulado más de
10,000 horas de estudio al llegar a la edad de 21 años, dos
veces más horas que las invertidas por los alumnos menos
avanzados del mismo conservatorio. Parece que no hay mejor indicador
del nivel alcanzado que el tiempo que se ha dedicado al estudio
formal. Siendo así, parece imprescindible analizar cómo
se puede fomentar y mantener muchas horas de práctica.
Nivel alto de apoyo familiar adecuado. Se ha
observado que todos los niños seleccionados para entrar en
cierto colegio especializado tenían padres que habían
tomado parte activa en sus clases de música y en la
práctica diaria del instrumento. De hecho, muchos padres
supervisaron desde el principio y en todo momento el estudio de los
niños en casa. Todos los niños de la muestra afirmaron
que conocieron momentos de poca motivación para el estudio y
que si sus padres en aquellos momentos no les hubieran obligado a
practicar, probablemente no habrían practicado nada. La
mayoría de padres invirtieron mucho tiempo y recursos
materiales en la educación musical de sus pequeños
(p.e., recorriendo largas distancias para llevarlos a clase, a las
clases de grupo, a los conciertos, etc.). Muchos de los niños
de la muestra con mayor nivel habían desarrollado un fuerte
concepto de ellos mismos como «musicales». Al parecer, esto
se debía a la forma en la que sus primeros esfuerzos fueron
alabados y aplaudidos en el entorno familiar más inmediato.
Los elogios más sinceros provenían de aquellos padres
que no eran buenos músicos y que estaban realmente
impresionados por los logros conseguidos por sus hijos, por muy
modestos que fueran.
Profesores en los primeros años que
dieron clases divertidas. La mayoría de los niños de la
muestra citada tenían buenos recuerdos de las cualidades
humanas de sus primeros profesores y, al describir a su primer
profesor, empleaban adjetivos tales como agradable, amigable,
divertido, simpático, etc. Por lo general, no calificaban a
estos profesores de excelentes instru-mentistas sino que la
descripción se aproximaba más bien a la siguiente:
«esa ancianita simpática que adoraba la música,
que quería a los niños y que era capaz de comunicar un
entusiasmo grande tanto por los niños como por la
música». Muchos de los niños decían que la
clase de música era el acontecimiento más esperado de
la semana. Esto se puede contrastar con la experiencia de muchos
niños que sólo han podido alcanzar niveles de
instrumento más bien bajos y que recuerdan sus clases como
momentos desagradables de ansiedad y humillación. No cabe duda
que los profesores que motivan y desafían a sus alumnos para
que vayan más allá de todo lo que sea simplemente
agradable o alcanzable tienen su razón de ser. Puede ser que
el trabajo del primer profesor sea el de ayudar a desarrollar aquel
amor por la música que conduce al compromiso a largo plazo. Un
comienzo con excesiva insistencia o énfasis en la
técnica puede obstaculizar esta tarea básica.
Oportunidad de experimentar profundas
respuestas emocionales a la música. Algunos profesionales
afirman que su habilidad para tocar con expresión está
conectada de alguna forma con su habilidad para sentir la
música. Se dice que los intérpretes expresivos tocan
con sentimiento o con el corazón. En otras palabras, su
interpretación eleva la intensidad emocional o el impacto de
la música. Investigaciones recientes sobre los aspectos de la
música que conmueven con mayor intensidad a las personas que
escuchan, han mostrado que dichas emociones son provocadas por
determinadas estructuras musicales. Los intérpretes pueden
intensificar los efectos emocionales de estas estructuras exagerando
las características emotivas de las mismas. Claro está,
para poder hacerlo de forma convincente deben haber experimentado ya
como oyentes la emoción correspondiente a la música de
que se trate. Hay pruebas que demuestran que la habilidad para
experimentar una fuerte emoción positiva ante las estructuras
musicales está relacionada con las distintas experiencias
musicales de la infancia.
CONCLUSIONES
Contestando las preguntas por qué y para
qué los niños aprenden música, se puede afirmar
que se ha encontrado la cercana relación de la música
con otras competencias intelectuales lo que permite concluir que
entre más temprano se establezca un contacto serio con la
música, mayor oportunidad se tiene que a través de su
práctica se fortalezcan otras dimensiones del ser humano. Una
buena orientación en el proceso de
enseñanza-aprendizaje (a temprana edad) de la música
contribuye a mejorar:
· capacidad de
escucha ·capacidad de
concentración ·capacidad de
abstracción ·capacidad de expresión ·autoestima ·criterio ·responsabilidad ·disciplina ·respeto ·socialización ·actitud
creativa
Permite además integrar los elementos
musicales a nuestro mundo interno:
· Ritmo:Corporalidad · Ritmo + Melodía: mundo sensorial
y afectivo ·Ritmo + Melodía + Armonía+ Timbre: mundo sensorial, afectivo y cognitivo
Somos seres de vibración, por tanto la
música compuesta de vibración sonora incide
directamente sobre nuestro ser. La música es vida. El ser
humano es la máxima expresión de la vida. Podemos usar
la música como fin o como medio para armonizar todas nuestras
dimensiones.
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