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Revista Colombia Médica
Universidad del Valle - Facultad de Salud
ISSN: 0120-8322 EISSN: 1657-9534
Vol. 35, Num. 2, 2004, pp. 54
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Revista Colombia Médica, Vol. 35, No. 2, 2004,
pp. 54
EDITORIAL
Carlos Corredor, Ph.D.
Miembro del Comité Científico, Colombia Médica
Code Number: rc04009
Cuando a principios de la década de 1960 ingresé
como profesor a la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle
que cumplía apenas 10 años, existían otras cinco
facultades de medicina en Colombia. El número total de
médicos, absolutamente insuficiente para las necesidades
colombianas apenas sobrepasaba los dos mil. Cuarenta y dos
años después, encontramos registrados en el Sistema
Nacional de Información de la Educación Superior 50
facultades de medicina y sabemos de otras cuatro que aún no se
encuentran registradas. De las existentes, egresan cada año
casi 5,000 nuevos médicos ¡más del doble de los
que tenía todo el país hace cuatro décadas!
La joven Universidad del Valle adoptó y adaptó el
sistema norteamericano de la enseñanza de la medicina, en
contraposición con el sistema francés típico de
las otras facultades. Este sistema tenía dos
características fundamentales que lo diferenciaban de los
sistemas no anglosajones: 1) la existencia de unas ciencias
básicas muy fuertes, con profesores investigadores de tiempo
completo y 2) la investigación básica, clínica y
epidemiológica como base de la misma docencia médica. A
los pocos años, la mayor parte de las facultades de medicina
habían adoptado sistemas parecidos y con la creación de
Colciencias en 1968 se institucionalizó un sistema estatal que
comenzó a financiar la investigación biomédica y
permitió el establecimiento de los primeros programas de
maestría y doctorado en este campo en 1967 en las
universidades del Valle y de Antioquia. Podríamos decir que
fue éste el momento cuando arrancó institucionalmente
la investigación biomédica en Colombia y se
profesionalizó a quienes se dedican a ella. Actualmente hay
tres programas de doctorado en ciencias biomédicas en las
universidades del Valle, Antioquia y Javeriana y uno en
bioquímica en la Universidad Nacional. Sin embargo, los
egresados de estos programas no llegan a la veintena y en los
próximos años no cubrirán las necesidades de las
facultades de medicina, y esto, sin contar otras áreas de la
salud del país.
Un departamento de ciencias fisiológicas debería
tener cuando menos cuatro profesores investigadores en
bioquímica, cuatro en fisiología y otros tantos en
farmacología. Además cinco profesores en
morfología y seis en microbiología para un total de 23
Ph.D. en básicas médicas por facultad, es decir, 1,150
investigadores para las 50 facultades de medicina registradas. De
hecho ¡estos doctores no existen! ¿Cómo, entonces,
está la calidad de la educación médica en
Colombia? ¿Será que los egresados de muchas de las nuevas
facultades que no tienen profesores de tiempo completo, que tienen
médicos aficionados a las ciencias básicas que las
enseñan sin verdadero entrenamiento por el sistema de
hora-cátedra siquiera entienden los artículos que se
publican en esta entrega de Colombia Médica o en cualquier
revista médica de punta extranjera o colombiana?
¿Será que ha hecho camino utilizar la así llamada
investigación formativa para disfrazar el hecho de que no
hay verdadera investigación ni en básicas, ni en
clínicas, ni en epidemiología?
En el Artículo 12 del Proyecto de Ley sobre recursos
humanos en salud que actualmente cursa en el congreso, se propone que
el Ministerio de Educación en articulación con el
Consejo Nacional de Recursos Humanos en Salud regulará la
oferta educativa y la creación de programas de
educación del área de la salud de manera que
corresponda a las necesidades del país con base en los
principios de proporcionalidad y razonabilidad. ¿Será
que el gobierno realmente regulará la oferta de programas con
base en la disponibilidad de profesores de tiempo completo tanto en
básicas como en medicina social? ¿O tendremos que
aguardarnos a que con la recertificación tengamos un
porcentaje grande de médicos que no pasan el examen de
recertificación y tengan que tomar cursos remediales? Es hora
de que salvemos nuestro sistema de educación médica que
hasta ahora ha dado excelentes médicos e investigadores
reconocidos a nivel nacional e internacional. Para ello, es necesario
que se fortalezcan los programas de doctorado en ciencias
biomédicas, que existan becas de sostenimiento para los
estudiantes y que todas las facultades de medicina tengan planes
reales de formación de investigadores a nivel doctoral y les
dediquen el presupuesto que requieren.
Carlos Corredor, Ph.D.
Miembro del Comité Científico
Colombia Médica
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