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Revista Colombia Médica, Vol. 35, No. 2, 2004, pp. 62-68 Asociación entre el área de estudio y los conocimientos y comportamientos frente a la transmisión del VIH/SIDA en los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander Lina María Vera, M.D.1, Nahyr López, Ing, M.Sc.2, Nelsy Dayana Ariza3, Luz Mary Díaz3, Yaneth Flórez3, Sahira Gimena Franco3, Socorro Isaza3, Diana Patricia Marciales3, Nelly Ortiz3, Juliana Rueda3, Laura Juliana Torres3
Recibido para publicación diciembre 1, 2003
Code Number: rc04011 RESUMEN Antecedentes: El VIH/SIDA es una pandemia. Las
estadísticas actuales muestran que los jóvenes entre 15
y 24 años son los más vulnerables. En Colombia, 7,497
jóvenes entre 10 y 30 años de edad viven con VIH/SIDA.
Palabras clave: Conocimientos. Comportamientos. VIH/SIDA. Estudiantes universitarios. SUMMARY Context: HIV/AIDS is a pandemic. The present
statistics showed that the youths between 15 and 24 years old are the
more vulnerable population. In Colombia, 7,497 youths among 10 and 30
years old live with HIV/AIDS. Key words: Knowledge. Behaviour. HIV/AIDS. University students. El síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la última etapa clínica de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que se puede transmitir por vía sexual, por transfusión sanguínea y de la madre al hijo, ya sea durante el embarazo, el parto o la lactancia materna. A partir del momento en que el virus entra al cuerpo humano pueden pasar de dos semanas a tres meses antes de que aparezcan anticuerpos en su sangre. En promedio, la enfermedad tiene un período de incubación de diez años, lo que implica que una persona puede transmitir el virus sin saber que está infectada1. A nivel mundial para el año 2002 se estimaba 3.1 millones de muertes por VIH/SIDA, 42 millones de adultos y niños viviendo con el VIH/SIDA y 5 millones de casos nuevos de infección por el VIH en estos grupos, de los cuales 150,000 corresponderían a América Latina2. En los 20 años que lleva la epidemia del SIDA en Colombia, el número de casos presentados anualmente ha aumentado con tendencia irregular, desde 2 informados en 1983 y 1984, hasta alcanzar el máximo de 4,041 en el año 2001 y se estima que hay 7,497 jóvenes entre 10 y 30 años de edad viviendo con VIH/SIDA3; estas estadísticas no han tenido en consideración el efecto de las diferentes modificaciones realizadas a la definición de la enfermedad4 y la posibilidad de identificar erróneamente a una persona sana como enferma5. Los estudios indican que el grupo etáreo más afectado por el SIDA es el de 15 a 49 años de edad; poseen la gran mayoría de factores de riesgo como relaciones sexuales sin preservativo, promiscuidad, mayor consumo de alcohol y drogas alucinógenas, realización de tatuajes y/o perforaciones, préstamo de agujas para estos fines, mayor probabilidad de ser transfundidos o transplantados y conocimientos inadecuados o deficientes1,3,6,7. Se considera que cada año aumentan las infecciones por VIH en casi 5 millones de casos nuevos, de los cuales la mitad está constituida por jóvenes adultos entre 15 y 24 años de edad, razón por la cual el VIH/SIDA ha pasado a ser reconocida como una enfermedad de los jóvenes8. Aparecida la epidemia se han llevado a cabo en diferentes partes del mundo numerosas intervenciones buscando disminuir la propagación de la enfermedad y diversos estudios relacionados con la evaluación de conocimientos, comportamientos y actitudes en los diferentes grupos etáreos. Se ha encontrado que las intervenciones educativas dirigidas principalmente a los grupos más jóvenes, son herramientas útiles para incrementar conocimientos y mejorar las actitudes9-13. Así también, se han hallado resultados que identifican niveles adecuados de conocimientos sobre la transmisión del VIH, menores proporciones con actitudes negativas relacionadas con las personas enfermas de VIH/SIDA y alta frecuencia de prácticas riesgosas para adquirir la infección por VIH11,14,15. Sin embargo, hasta el momento no parecen existir estrategias eficientes para modificar la frecuencia de los comportamientos de riesgo, donde se tengan en cuenta no sólo las diferencias existentes entre los grupos etáreos sino también las diferencias existentes al interior de un mismo grupo etáreo. En el primer período académico de 2002 la primera universidad pública del nororiente colombiano la Universidad Industrial de Santander (UIS), contaba en Bucaramanga con una población estudiantil de 11,305 matriculados en programas presenciales, en su mayoría pertenecientes al grupo de edad entre 15 y 24 años, el más afectado por la infección del VIH. Aunque se han realizado previamente investigaciones14-16 que describen los conocimientos, actitudes y prácticas hacia el VIH/SIDA de los jóvenes de esta comunidad, hasta el momento ninguna analizó las posibles diferencias existentes entre las áreas de estudio. Con el fin de orientar de manera adecuada las estrategias de educación en salud, se realizó el presente estudio para determinar la asociación entre el área de estudio y los conocimientos y comportamientos respecto a la transmisión del VIH/SIDA. Se agruparon los estudiantes según su carrera profesional en las áreas de salud, ciencias básicas, ingenierías y humanidades, con el fin de proveer información útil para la planeación, elaboración e implementación de los programas educativos dirigidos a la comunidad estudiantil universitaria a cargo de la División de Bienestar Universitario de la UIS. MATERIALES Y MÉTODOS Se hizo un estudio de corte transversal de tipo analítico. La información se recolectó en la UIS, Bucaramanga, durante febrero de 2003. Se estudiaron a las y los estudiantes universitarios matriculados en programas presenciales en el segundo período académico de 2002, pertenecientes a las áreas de estudio de ciencias básicas, ingenierías, humanidades y salud. El tamaño de muestra fue 213 estudiantes matriculados en el segundo período académico de 2002; para su cálculo se tuvo en cuenta un error tipo I de 5%, un poder de 80% y se asumió una relación de 1 a 9 entre los universitarios que no tenían conocimientos y comportamientos adecuados en relación con el VIH/SIDA y los que sí los tenían, informado en un estudio previo14. Se realizó un muestreo estratificado por área de estudio. El área de estudio fue aquella en la que estaba incluida la carrera profesional que el estudiante estaba cursando. Para establecer el nivel de conocimientos sobre el VIH/SIDA se indagó por conocimientos sobre el agente causal (VIH), las vías de transmisión del virus, las prácticas sexuales de riesgo, los procedimientos clínicos de riesgo, la forma de diagnosticar la infección y el uso del condón. Para determinar los comportamientos de riesgo para la transmisión del VIH/SIDA se preguntó por la vida sexual activa, frecuencia del uso del condón, promiscuidad, relaciones sexuales bajo efecto de drogas alucinógenas o alcohol, hábito de compartir agujas, haberse realizado una prueba para descubrir el VIH y tener tatuajes o perforaciones. Considerando resultados obtenidos previamente por algunas de las autoras, en los que se puede observar que tanto el área de estudio como los conocimientos y comportamientos se encuentran asociados con características como la edad, el sexo y la fuente de información sobre VIH/SIDA, fue necesario tener en cuenta estas características como variables de confusión. Para la recolección de los datos se utilizó una encuesta compuesta por 26 preguntas de conocimientos y 11 preguntas de comportamientos. Se realizó una prueba piloto para determinar la aplicabilidad (tiempo necesario para llenar cada encuesta, comprensión de las preguntas, proporción de respuesta). La encuesta final la diligenció cada estudiante seleccionado en la muestra, después de obtener su consentimiento para participar en el estudio. Se siguieron las normas establecidas para la investigación con seres humanos17 guardando los principios éticos de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia. Para la sistematización de los datos se construyó una base de datos con el programa Epi Info 6.04d18 que luego se transfirió al software Stata 6.019 para su análisis. Los resultados sobre conocimientos se clasificaron tomando en cuenta que los encuestados con 16 ó más respuestas correctas (percentil 60), se considerarían con un adecuado conocimiento sobre la transmisión del VIH/SIDA y aquellos con menos de 16 respuestas correctas se clasificarían con conocimientos inadecuados. En el análisis univariado se calcularon las respectivas medidas de resumen. Para los análisis bivariado y multivariado se usó la regresión logística. RESULTADOS Se estudiaron en total 101 mujeres y 112 hombres con un promedio de edad de 22 años (IC95%: 21.6, 22.4 años); 13.2% era del área de salud (medicina, enfermería, bacteriología y laboratorio clínico, nutrición y dietética, fisioterapia); 27.2% de ciencias básicas (física, química, matemáticas, biología); 30% de ingenierías (petróleos, civil, sistemas, industrial, mecánica, eléctrica, electrónica, metalúrgica, geología, química, diseño industrial); y 29.6% de humanidades (trabajo social, historia, filosofía, derecho, economía, idiomas, educación básica, música). Las principales fuentes de información por las que han adquirido conocimientos sobre la transmisión del VIH son los medios de comunicación masiva (51.8%) seguida por las clases y charlas en la universidad (20.2%). En cuanto a los conocimientos sobre el agente causal del SIDA, 70% reconoció al VIH como el virus que produce el SIDA. Cuando se preguntó sobre las vías de transmisión del VIH, 98% de los encuestados contestó que se transmitía por transfusión sanguínea y compartiendo agujas, 95% respondió que por tener relaciones sexuales sin condón y 87% dijo que se podía transmitir de una mujer embarazada a su hijo. Al indagar por los conocimientos sobre comportamientos de riesgo para adquirir el VIH, 77.8% de los encuestados reconoció que mantener relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol era una práctica de riesgo para contraer el VIH. Una alta proporción de estudiantes (96.2%) sabe que el condón se debe usar desde que se inicia hasta que finaliza la relación sexual. Al calificar el riesgo de adquirir VIH que generan las diferentes prácticas sexuales, siendo 1 el menor riesgo y 5 el mayor riesgo, las relaciones genitales se consideraron de mayor riesgo (4.4), seguidas por el sexo anal (4), el sexo oral (3) y el compartir objetos sexuales (2.8). Asimismo, cuando calificaron de 1 a 5 (en igual escala) diferentes comportamientos de riesgo para adquirir el VIH, se consideró de mayor riesgo el tener relaciones sexuales sin condón (4.4), seguido por procedimientos clínicos como diálisis y transfusiones (3.4), inyectarse drogas alucinógenas (3.3), tatuajes y perforaciones (2.9) y tener relaciones sexuales bajo efecto de alcohol (2.8). Se encontró un gran desconocimiento sobre el riesgo de infección por VIH que pueden generar los procedimientos clínicos, siendo más evidente la toma de citología, que se consideró de riesgo por 12.2% de los estudiantes y otros procedimientos como los odontológicos y transplantes, considerados así por tan sólo 8.9%; en contraste, 71.4% y 87.8% de los encuestados respectivamente consideró de riesgo la toma de muestra sanguínea y los procedimientos de diálisis y transfusiones. Del total de los estudiantes, 99.1% sabe que el VIH se descubre mediante una prueba realizada en una muestra de sangre. En cuanto al conocimiento sobre la presencia del virus en otros fluidos corporales, sólo 26.8% considera que el virus se encuentra en la leche materna y 87.3% sabe que después de la sangre, el semen y las secreciones vaginales son los fluidos que contienen mayor cantidad del virus; 84% de los estudiantes afirmó que la vacuna contra el SIDA no existe. En relación con los comportamientos de riesgo para adquirir infección por VIH, 79.8% de los estudiantes encuestados ha tenido relaciones sexuales y entre ellos sólo 26.4% usa el condón siempre y 35.3% lo usa casi siempre. A pesar de la alta proporción de estudiantes que dijo que el condón se debe usar desde el inicio hasta la finalización de la relación sexual, sólo 67.5% de quienes tienen vida sexual activa lo usa en esta forma. En promedio estos estudiantes han tenido 1.6 parejas sexuales durante el último año, con un mínimo de 0 y un máximo de 14; 18.4% de ellos ha mantenido relaciones sexuales con más de una persona durante un mismo período; 13.2% de los estudiantes se ha realizado tatuajes y de ellos sólo 32.1% confirmó que la aguja utilizada era nueva; 5.7% de los estudiantes se ha administrado drogas alucinógenas y de ellos, 8.3% ha compartido agujas al inyectarse; 35.9% ha mantenido relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol, 7.1% bajo el efecto de drogas alucinógenas y 4.7% bajo el efecto tanto de alcohol como de drogas. Sólo 18.3% del total de los estudiantes encuestados ha realizado la prueba para descubrir el VIH, independientemente si ha mantenido o no relaciones sexuales, es consumidor de droga o está de alguna forma cerca de un factor de riesgo. En cuanto al nivel de conocimientos sobre la transmisión de VIH/SIDA, la media general de respuestas correctas fue 16 con un mínimo de 3 y un máximo de 21; en el área de salud fue 17.7 (IC 95%: 16.9, 18.4); en ciencias básicas 16.7 (IC 95%: 16.3, 17.1); en ingenierías 16.5 (IC 95%: 15.8, 17.1); y en humanidades 16.7 (IC 95%: 16.3, 17.3). Teniendo en cuenta que los estudiantes del área de salud tuvieron el mayor promedio, mediante la prueba t de Student se comparó su promedio de nivel de conocimientos con el hallado en cada una de las otras áreas de estudio y todas las diferencias encontradas fueron estadísticamente significativas (p<0.025). La clasificación de los estudiantes según su nivel de conocimientos, presentó que 23% de ellos no tiene conocimientos adecuados sobre el tema. La asociación entre el área de estudio y los conocimientos y comportamientos de riesgo para adquirir infección por VIH, se estableció usando la regresión logística. Se encontraron asociaciones significativas entre el sexo, el área de estudio y los conocimientos: los hombres presentan 2.4 veces (IC 95%: 1.15, 5.00) más riesgo de tener conocimientos inadecuados ajustando por área de estudio y edad, y el área de humanidades comparada con salud, presenta 5.1 veces (IC 95%: 1.02, 25.23) más riesgo de tener conocimientos inadecuados ajustando por edad y sexo. Las áreas de ingenierías y ciencias básicas y la edad no presentaron asociación estadísticamente significativa. Al explorar la asociación entre tener comportamientos de riesgo y el sexo, se encontró que los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres (Cuadro 1). La asociación entre cada uno de los comportamientos de riesgo y el área de estudio informó que comparados con los de salud, los estudiantes de humanidades tuvieron un riesgo significativamente mayor de tener comportamientos inadecuados en relación con la transmisión del VIH, condición que se reafirmó al tener en cuenta el sexo y la edad, haciendo el respectivo ajuste. Los resultados se presentan en el Cuadro 2. DISCUSIÓN Teniendo en cuenta que el nivel de escolaridad de la población objeto de estudio es universitario, de acuerdo con la clasificación realizada se encontró una baja proporción de conocimientos adecuados. En otras poblaciones con niveles de escolaridad inferiores (no escolarizados, secundaria y primeros semestres de universidad) en las que también se han utilizado clasificaciones del nivel de conocimientos, se han informado proporciones semejantes o superiores a las del presente estudio10-12, 20-28. A igual que lo encontrado en estudios anteriores11,12,14,15,20-26,28-30 existe un buen conocimiento sobre los aspectos relacionados con el agente causal de la enfermedad, sus vías de transmisión más comunes y la forma de diagnosticar la enfermedad. Sin embargo, es constante encontrar en los diferentes estudios un conocimiento menor sobre la transmisión por la lactancia y a través del sexo oral. Además, en el presente estudio se evidenció que tampoco existen conocimientos adecuados sobre la posibilidad de adquirir la infección mediante prácticas frecuentes en este grupo etáreo como la realización de tatuajes, perforaciones y tener relaciones sexuales bajo el efecto de sustancias psicoactivas. Se encontró una alta proporción de estudiantes con vida sexual activa, pero un porcentaje mínimo de ellos afirmó utilizar siempre el condón durante sus relaciones sexuales, en contraste con la alta proporción informada en estudiantes con un promedio de escolaridad y de edad menores20-25,29,31. En esta población se observa una elevada proporción de comportamientos de riesgo para adquirir la infección por VIH/SIDA, como son el realizarse tatuajes sin verificar que se utilicen agujas nuevas, compartir agujas para inyectarse drogas alucinógenas y mantener relaciones sexuales bajo efecto de alcohol y drogas, lo que obliga a tener en cuenta dentro de la implementación de estrategias de prevención de la infección, el manejo de estos comportamientos de riesgo. Se estableció una asociación positiva entre tener un nivel de conocimientos inadecuado sobre la enfermedad, el ser hombre y estudiar una carrera del área de humanidades. También se encontraron diferencias significativas en el promedio de conocimientos de las diferentes áreas de estudio mostrando, como se esperaba, que los estudiantes del área de salud tienen mayor nivel de conocimientos que los de las otras áreas. En general, comparados con los del área de salud, los estudiantes del área de humanidades presentan una mayor probabilidad de tener comportamientos de riesgo para adquirir infección por VIH; esto es coherente con la asociación encontrada con los conocimientos inadecuados. Como en otros estudios11-13,23-25,27,30,32,33, los hallazgos de la presente investigación sugieren que la población universitaria requiere de la realización de programas de capacitación en educación sexual y prevención de la infección por VIH, que refuercen la información recibida desde edades más tempranas, en concordancia con los compromisos establecidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA celebrada en junio del 20017. Las autoras consideran que estos programas deben ser orientados por las características específicas de cada área de estudio. REFERENCIAS
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