Revista Colombia Médica, Vol. 36, No. 2, s1, 2005, pp. 39-41
Dolor abdominal recurrente
Rodrigo De Vivero, M.D.
Profesor Auxiliar de
Cátedra, Universidad de Cartagena, Cartagena.
Recibido para
publicación diciembre 1, 2004
Aprobado para
publicación enero 28, 2005
Code Number: rc05029
RESUMEN
El dolor abdominal recurrente (DAR) es un
problema frecuente en la consulta médica y en la
subespecialidad médica y quirúrgica. El DAR es
frecuentemente funcional, es decir, sin una causa orgánica
aparente. El diagnóstico diferencial debe incluir
pérdida de peso, sangrado gastrointestinal, fiebre
persistente, diarrea crónica y vómito importante. En
este artículo se revisa el diagnóstico y tratamiento,
pruebas diagnósticas y manejo farmacológico y
ambiental.
Palabras
clave: Dolor abdominal recurrente;
Niños; Diagnóstico; Tratamiento.
SUMMARY
Recurrent abdominal pain, is a common pediatric
problem encountered by primary care physicians, medical
subspecialists and surgical specialists. Chronic abdominal pain in
children is usually functional-that is, without objective evidence of
an underlying organic disorder. The presence of weight loss,
gastrointestinal bleeding, persistent fever, chronic severe diarrhea
and significant vomiting is associated with a higher prevalence of
organic disease. In this article, it examined the diagnostic and
therapeutic value of a medical and psychologic history, diagnostic
tests, and pharmacological and behavioral therapy.
Key words: Recurrent abdominal pain; Children; Diagnosis;
Management.
Del dolor abdominal recurrente, DAR, lo
describió Apley en 1958 para caracterizar su presencia en
preescolares, escolares y adolescentes por lo menos de 3 episodios de
dolor abdominal en un lapso de 3 meses, lo bastante intensos como
para alterar las actividades normales del niño, después
de descartar la organicidad.
Es más frecuente entre 6 y 14
años, con un pico inicial entre 5 y 7 años, sin
diferencias en cuanto a sexo, y un segundo pico entre 8 y 12
años, con predominio en el sexo femenino. Afecta de 10% a 15%
de la población escolar; en adolescentes hasta 75 % cursan con
DAR, pero sólo en 21% la intensidad del dolor, repercute en
las actividades cotidianas.
Se han descrito un gran numero de causas de
dolor abdominal recurrente, de las cuales se estima que 10% a 15% se
pueden explicar con base en una alteración estructural, o
bioquímica, es decir DAR de origen orgánico, y en los
casos restantes (85% a 90%), a pesar de los avances en los
métodos diagnósticos, no se encuentra organicidad, y se
definen como DAR de tipo funcional. Es importante, cuando nos
enfrentamos a este tipo de pacientes; desde el primer momento,
descartar los procesos orgánicos que pueden requerir un
tratamiento específico.
Dentro de las causas orgánicas se
incluyen: esofagitis, úlcera péptica, duodenitis,
infección por Helicobacter pylori, infección urinaria,
enfermedad hepatobiliar, enfermedad inflamatoria intestinal (EII),
parásitos intestinales (ascaridiasis, giardiasis), porfiria,
malrotación intestinal, obstrucción intestinal
recurrente, pancreatitis, litiasis urinaria, dolor
músculo-esquelético referido, intolerancia a
carbohidratos, etc.
Hay unos datos que orientan y que deben poner
alerta ante la posibilidad de enfermedad orgánica:
- . Pérdida de peso,
visceromegalias.
- . Vómito (bilioso,
sanguinolento).
- . Alteraciones del sueño.
- . Dolor localizado, lejos de
ombligo.
- . Irradiación a espalda, hombros,
extremidades.
- . Disuria, hematuria.
- . Enfermedad perianal y otros
sistemas.
- . Historia familiar de EII, EAP.
- . Alteración de paraclínicos:
(VSG, anemia, hipoalbuminemia).
El dolor abdominal de origen funcional, que
corresponde a la gran mayoría, agrupa una gran variedad de
manifestaciones clínicas, lo que hace imposible incluirlos
dentro de un solo grupo, se ha ampliado el concepto de causalidad,
hasta un modelo integrado biopsicosocial y permite que los
síntomas sean entendidos como múltiples alteraciones
fisiológicas (aumento de sensibilidad, alteraciones en
motilidad, disregulación cerebro-intestino) y unas influencias
psicosociales y socioculturales modificables (modelo
conceptual).
Durante los últimos 20 años, se
han establecido grupos de trabajo para el estudio de estos pacientes
y se han agrupado por síntomas, lo que permite un estudio y
manejo más adecuado, así se han establecido los
criterios de Roma II, para trastornos funcionales gastrointestinales,
en los que se incluyen los diferentes cuadros que cursan con dolor
abdominal. Es importante tener en cuenta esta clasificación y
conocer sus criterios diagnósticos, porque son susceptibles de
manejo, por lo menos sintomático.
Dispepsia funcional. Doce semanas, no
necesariamente continuas, en el último año de:
- . Dolor o malestar en la parte superior del
abdomen.
- . Sin evidencia (endoscópica) de
enfermedad orgánica.
- . No hay evidencia de mejoría
exclusivamente con la defecación, o con cambios en la
frecuencia y/o en la consistencia de las evacuaciones. La
dispepsia puede ser de 3 tipos:
- . Dismotilidad. Llenura, saciedad temprana,
náuseas, distensión.
- . Tipo úlcera: dolor
epigástrico.
- . Inespecífica.
Síndrome de intestino irritable. Doce
semanas, no necesariamente continuas en los últimos 12 meses
de:
- . Malestar o dolor abdominal con 2 de 3
características.
- . Mejora con defecación.
- . Se inicia con cambio en la frecuencia de
las evacuaciones.
- . O se inicia con cambios en la
consistencia de las evacuaciones.
- . No hay alteraciones estructurales o
metabólicas que expliquen los síntomas.
Migraña abdominal. Durante los 12 meses
precedentes:
- . 3 ó mas episodios de dolor
abdominal intenso, agudo, en la línea media, que dura de 2
horas a varios días, con intervalos de semanas o meses
libres de síntomas, sin evidencia de enfermedades
estructurales, bioquímicas, metabólicas,
gastrointestinales y de SNC.
- . 2 de los siguientes
síntomas:
- . Cefalea durante episodios.
- . Fotofobia durante episodios.
- . Antecedentes familiares de
migraña.
- . Cefalea confinada a un solo lado.
- . Aura: visual, sensorial o motora.
Aerofagia. Por lo menos 12 semanas, no
necesariamente continuas, en los últimos 12 meses, presencia
de 2 ó de los siguientes signos o síntomas.
- . Deglución de aire.
- . Distensión abdominal debido a aire
intraluminal.
- . Eructos frecuentes, flatulencia.
-
Dolor abdominal funcional
- . Dolor abdominal, continuo o casi continuo
en escolares o adolescentes.
- . Ninguna relación del dolor con
sucesos fisiológicos (alimentación,
defecación, menstruación) o sólo
ocasional.
- . Asociado con alguna alteración en
las actividades diarias.
- . Dolor no fingido.
- . Criterios insuficientes para otros
trastornos funcionales gastrointestinales que expliquen el
dolor.
En estos pacientes, no hay un patrón
definido de síntomas, la localización es periumbilical.
No se relaciona con comidas, defecación o ejercicio, no altera
el sueño, puede haber síntomas asociados como cefalea,
fotofobia, náusea y vómito, se presenta en mayores de 5
años, el examen físico y las pruebas de laboratorio son
normales.
Es importante recalcar acerca de la realidad
del dolor y no catalogarlo como manipulación o fingimiento. Si
bien se han visto algunas características de personalidad,
baja autoestima, mayor estrés escolar y en el hogar, familias
dis-funcionales y dolorosas, estos hallazgos no son constantes, en
relación con el componente familiar. La alteración
más frecuente es depresión materna.
La principal motivación para consultar
ante un cuadro de DAR, es el temor a padecer alguna enfermedad de
base, maligna, así que, en la gran mayoría de los
casos, con prue-bas sencillas, hemograma VSG, urianálisis y
coprológico se puede estimar el bienestar del niño, la
ecografía a pesar de ser un método fácil,
económico, en el contexto de DAR aporta poco, las otras
pruebas, endoscopia, y otros métodos imagenológicos,
dependerán de las manifestaciones.
Al H. pylori se le ha culpado de agente
etiológico en el DAR; sin embargo, la evidencia actual
demuestra que es poco frecuente como causa DAR, excepto en el
contexto de enfermedad ulceropéptica.
Como los mecanismos por los que se produce el
dolor no son claros, se han formulado diversas
hipótesis:
- . Hipersensibilidad a nivel intestinal, o
de sistema nervioso (alteraciones en los receptores sensoriales,
modulación de trasmisión sensorial en SNC y SNP.
Alteraciones en la percepción cortical, serotonina (5HT):
sus receptores están comprometidos en el proceso sensorial
a nivel mucoso). Esta hipersensibilidad puede ser secundaria a
procesos infecciosos gastrointestinales (mayor probabilidad de
desarrollar EII, después de procesos
gastro-entéricos).
- . Trastornos en la motilidad intestinal. Se
han documentado alteraciones manométricas antroduodenales
en niños con DAR.
- . Estrés, ansiedad y
depresión. Sus implicaciones como causantes de DAR han
mostrado datos contradictorios, pero es importante tenerlos en
cuenta, sobre todo porque es claro que sí influyen en el
pronóstico.
- . Trastornos de acomodación
gástrica.
- . Inflamación de la mucosa. Con
frecuencia se ven inflamaciones inespecíficas en pacientes
con dolor abdominal funcional, que pueden ser causa o consecuencia
de la alteración en la motilidad.
DIAGNÓSTICO
La clave para el diagnóstico en
pacientes con DAR es una adecuada evaluación clínica
completa, investigación de antecedentes, factores
desencadenantes, análisis del entorno social, escolar,
familiar, etc.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
La evaluación del niño con DAR se
basa en la clínica, y determinar la presencia de signos de
alarma que sugieran enfermedad orgánica, evitar
exámenes innecesarios generalmente una biometría
hemática, VSG, urianálisis, coproparasitológico,
urocultivo en niñas y sangre oculta en materia fecal. Aunque
la ecografía se utiliza con bastante frecuencia, sin embargo,
como su utilidad para definir la causa del dolor es muy baja, no se
justifica su uso generalizado.
La endoscopia se indica en casos de sospecha de
enfermedad ulcerosa péptica. Prueba de hidrógeno
espirado, ante sospecha de malabsorción de
azúcares.
TRATAMIENTO
Manejo especifico para enfermedad
orgánica, adecuación de dieta en casos de intolerancia
a carbohidratos. Manejo sintomático para trastornos
funcionales, de acuerdo con la presentación (procineticos,
antiecolinérgicos, laxantes, fibra, etc.).
Ante el cuadro de dolor abdominal
definitivamente funcional, se debe explicar a los padres y al
paciente, la naturaleza de su trastorno. Hay que modificar conductas
nocivas, evitar el uso de medicamentos (que se hayan utilizado antes
en el paciente sin ningún beneficio), y en casos de clara
relación entre sucesos psicológico y aparición
del dolor; en niños con alteraciones afectivas, y franca
disfunción familiar; se han utilizado también terapias
de autohipnosis con buenos resultados.
PRONÓSTICO
El pronóstico para la vida de los
trastornos funcionales es bueno, hay resolución completa en
más de la mitad de los casos, aunque en 25% persisten con
dolor abdominal en la edad adulta y 25% manifiestan otros trastornos
psicosomáticos. La aparición temprana (antes de los 6
años), la duración mayor de 6 meses, antes del
diagnóstico, el sexo masculino, así como los
antecedentes familiares de trastornos funcionales empeoran el
pronóstico.
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