M.D., Profesor Titular y Jefe del Departamento de Patología Escuela
de Medicina, Facultad de Salud Universidad del Valle, Cali, Colombia
La Asamblea de los premios Nobel en el
Instituto Karolinska de Medicina decidió en esta
ocasión otorgar el Nobel de Medicina y Fisiología 2005
a los científicos australianos Barry J. Marshall y J. Robin
Warren resaltando «la tenacidad» a la hora de cuestionar los dogmas
establecidos en torno a la gastritis y la úlcera de
estómago o de duodeno. Los dos patólogos demostraron que Helicobacter
pylori es la causa de ambos trastornos.
En 1982, cuando presentaron sus
investigaciones, se consideraba que el estrés y el estilo de vida eran
las causas de la úlcera péptica. El hallazgo
provocó uno de los mayores cismas médicos. La comunidad
médica criticó fuertemente el hallazgo y Barry J.
Marshall llegó a inocularse la bacteria para demostrar su
teoría. Sólo hasta 1991, estos hallazgos fueron realmente reconocidos
por los gastroenterólogos.
Actualmente se considera que la bacteria descubierta por los investigadores
australianos es la responsable de
más de 90% de las úlceras duodenales y hasta de 80% de
las gástricas. Los trabajos de los científicos demostraron que
la dolencia, considerada hasta entonces un trastorno
crónico, se puede tratar con éxito si se elimina H. pylori del
organismo.
El compromiso de este germen en la gastritis
crónica activa, su asociación con la úlcera gastroduodenal
y su inclusión por parte de la IARC en 1994
(grupo de estudio del cáncer, perteneciente a la
Organización Mundial de la Salud) entre los agentes
carcinógenos tipo 1, lo ha convertido en uno de los microorganismos de
mayor interés en patología humana.
Cerca de la mitad de la población mundial está infectada por esta
bacteria.
Warren (nacido en 1937 en Adelaida,
ejerció la patología hasta 1999 en el Royal Hospital, de Perth),
observó la presencia de bacterias en el «antro» asociada con
inflamación de la mucosa
gástrica en 50% de los pacientes a los cuales se había hecho una
biopsia.
Barry Marshall (nacido en 1951 en Kargoorlie,
es profesor de microbiología en la Western University). Cuando era un
joven becario clínico, se interesó por los hallazgos de Warren
y ambos iniciaron un estudio de biopsias de 100 pacientes. Tras varios intentos,
Marshall consiguió cultivar una especie bacteriana hasta entonces desconocida,
y más tarde llamada Helicobacter
pylori, a partir de varias de estas biopsias.
Encontraron que el microorganismo estaba presente en casi todos los pacientes
con inflamación gástrica, úlcera
duodenal o úlcera gástrica. Con estos resultados, propusieron que
H. pylori estaba comprometido en la etiología
de estas enfermedades.
Con la ingestión experimental de una fuerte dosis de la bacteria, y
el desarrollo de una gastritis severa,
Marshall confirmó la sospecha de que H. pylori era causante
del mal.
¡La úlcera péptica es una enfermedad infecciosa! Barry
Marshall y Robin Warren se enfrentaron a los dogmas prevalentes con tenacidad
y una mente abierta y preparada.
Mediante el empleo de las tecnologías disponibles en el momento, como
la endoscopia, la tinción de plata de las
secciones histológicas y las técnicas de cultivo para bacterias
microaerofílicas, construyeron un caso irrefutable de que H. pylori era
el germen causante de la enfer-medad. Gracias al cultivo de la bacteria se pudo
iniciar un completo estudio
científico del tema.
Hasta 1982, cuando ambos científicos descubrieron el microorganismo,
se consideraban el estrés y el modo de vida como las causas principales
de la úlcera
péptica. El descubrimiento de H. pylori ha conducido a una
mayor comprensión de las conexiones entre infección
crónica, inflamación y cáncer. Gracias al descubrimiento
pionero de Marshall y Warren, la úlcera
péptica ya no es un estado crónico y frecuentemente incapacitador,
sino una enfermedad que se puede curar mediante un
breve régimen con antibióticos e inhibidores de la
secreción de ácido; antes, aunque las ulceras se
podían curar al inhibir la producción del ácido
gástrico, regresaban frecuentemente, pues permanecían la bacteria
y la inflamación crónica del
estómago. Marshall, Warren y otros científicos demostraron que
los pacientes de úlcera péptica
sólo se podían sanar si se erradicaba la bacteria del
estómago.
Tras el descubrimiento de Marshall y Warren, la
investigación ha sido intensa. Continuamente se descubren detalles subyacentes
a los mecanismos patogénicos exactos. La
relación entre la infección por H. pylori y la gastritis y la enfermedad
ulcerosa péptica subsiguientes se
estableció a través de una serie de estudios en voluntarios humanos,
estudios de tratamiento con antibióticos
y estudios epidemiológicos.
En todo el mundo se llevan a cabo entretanto los primeros ensayos de vacunas,
y se esperan los primeros
resultados.
Helicobacter
pylori también se asocia con enfermedades malignas. Aunque
el cáncer gástrico ha
reducido su incidencia en muchos países durante el último medio
siglo, sigue siendo el número dos en el
mundo, en términos de muertes por cáncer. La
inflamación de la mucosa del estómago asimismo es un factor de
riesgo para un tipo especial de neoplasia linfática
del estómago, el linfoma MALT, del tejido linfoide asociado con la mucosa.
Como este tipo de linfoma puede mostrar
regresión cuando H. pylori se erradica mediante
antibióticos, está claro que la bacteria juega un importante papel
en la perpetuación de este tumor.
Los estudios de la enfermedad ulcerosa
péptica y de la transformación maligna en modelos experimentales
en animales, prometen proporcionar informes más detallados sobre los mecanismos
de la enfermedad.
Muchas entidades humanas como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa,
la artritis reumatoide y la
aterosclerosis se deben a inflamación crónica. Descubrir que una
de las dolencias más comunes de la
humanidad, la enfermedad ulcerosa crónica, tiene una causa microbiana,
ha estimulado la búsqueda de microorganismos como posibles causantes de
otras enfermedades inflamatorias
crónicas.
Aunque todavía no hay respuestas definitivas a estas cuestiones, los
datos más recientes
sugieren con claridad que la disfunción en reconocer los productos bacterianos
por parte del sistema inmunitario humano puede resultar en el desarrollo de una
enfermedad. El descubrimiento de H.
pylori ha conducido a una mayor comprensión del vínculo
entre infección crónica, inflamación y
cáncer. Hoy hay más de 20.000 estudios relacionados con esta bacteria.
Es de esperar que la enfermedad ulcerosa
péptica se convierta en una rara enfermedad atribuible al descubrimiento
de Marshall y Warren. Por lo pronto, recibirán el Nobel de Medicina 2005
el 10 de diciembre, aniversario de la
muerte de su fundador Alfred Nobel.